Programa del curso 2024-25

PROGRAMA DEL CURSO 2024-25

Carrusel programa 2024-25

sábado, 9 de noviembre de 2024

Trología de Nueva York

 

Trilogía de Nueva York (Paul Auster)

Comentario complemento de la sesión del Club de lectura del 25 de octubre de 2024.


Por Manolo Mellado


La razón para la propuesta de este libro, después de haber leído anteriormente otros dos del mismo autor, es porque catapultó a Paul Auster al público en general y fuera de sus círculos más cercanos y, por otra parte, su reciente fallecimiento, con lo que se cierra un ciclo.

Paul Auster nació en 1947 en Nueva Jersey y estudió en la Universidad de Columbia. Tras un breve período como marino en un petrolero vivió tres años en Francia, donde trabajó como traductor, como "negro" literario de otros escritores y cuidador de una finca; desde 1974 reside en Nueva York. Fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006 por su carrera literaria.

Paul Auster es uno de los mayores innovadores de la narrativa norteamericana del siglo XX, al nivel de William Faulkner, Ernest Hemingway o Henry Miller.

En sus obras, el azar, el sino, el destino, siempre está a prueba. Es verdad que el azar siempre mueve nuestras vidas, pero él lo explicita, hace de ello el conductor de sus tramas. Persigue en lo cotidiano bifurcaciones surgidas de acontecimientos aparentemente anodinos (como en La Música del Azar o Leviatán). El estilo se muestra sencillo, con diálogos frescos, naturales, pero esconde una compleja arquitectura narrativa, andamiaje de digresiones, de múltiples historias dentro de la historia. El lector se ve atrapado en el laberinto de personajes para apropiarse de otras existencias ajenas o disfrutar perversamente de su condición lamentable o fatídica, ofrece varios finales posibles, saltando entre historias menores o anécdotas sin explicar el porqué.

Introduce una historia dentro de otra, como en las Ruinas Circulares de Borges (1) o cuando un escritor escribe sobre otro escritor, que escribe una novela, al estilo de Cervantes. Se suele decir que sus novelas son de personajes corrientes sometidos a circunstancias excepcionales, pero como se lee en algún sitio, estos personajes no son tan simples, sino que, como los de Cervantes, suelen apostarlo todo en aras de sus ideales. Realmente toma personajes corrientes, del montón, para convertirlos en seres complejos y excepcionales.

Alguien ha definido a Paul Auster como existencialista determinista. Parece un oxímoron, una contradicción, pero con Paul Auster las dos ideas se complementan. Parece como si todo estuviera determinado y el azar nos vaya llevando a ese destino inexorable, pero, realmente, ese destino está sujeto a las decisiones que se toman, es decir, que la existencia la definimos nosotros con nuestros actos y decisiones. Aunque, claro, también se podría alegar, como dice la Biblia, que tenemos libertad para decidir pero Dios ciega a quien quiere perder.

De acuerdo a Wikipedia, el azar, la naturaleza de la voluntad y una particular forma de entender el suspense ya se dan cita en esta colección de relatos, apuntando así algunas de las claves de la futura producción literaria de Auster. Además, explora algunos recursos que más tarde utilizaría en su obra Leviatán: la reflexión sobre el propio proceso creador, la mezcla entre ensayo y ficción y ese juego de espejos con la realidad, tan caro al autor y a sus lectores.


Comentarios de la Trilogía de Nueva York

En la reseña del libro de Anagrama se da un resumen de las tres novelas: «Todo empezó por un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en la mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él.» Así comienza La Ciudad de Cristal, primera de las tres novelas que conforman La Trilogía de Nueva York. A Daniel Quinn, escritor de literatura policíaca, su interlocutor telefónico lo toma por un detective y le encarga un caso. Quinn, lejos de deshacer el malentendido, se mete en el papel que le han adjudicado y se ve envuelto en una historia repleta de enigmas, complicadas relaciones paternofiliales, locura y delirio. En Fantasmas, segunda de las piezas, un detective privado y el hombre al que tiene que vigilar juegan al escondite en un claustrofóbico universo urbano. Por último, en La Habitación Cerrada el protagonista se ve confrontado a los recuerdos de un amigo de la infancia cuando la mujer de éste le escribe una carta explicándole que su marido ha desaparecido misteriosamente.

De acuerdo a la reseña de Anagrama, La Trilogía de Nueva York, sin duda una de las obras literarias más memorables de los años ochenta, es uno de los cimientos sobre los que se sustenta el prestigio internacional de Paul Auster. El escritor maneja, manipula y reinventa el género policíaco, del que hace una lectura postmoderna con tintes metafísicos.
La trama detectivesca sirve como marco para plantear al lector un fascinante juego de espejos, símbolos, guiños y sorpresas; para explorar un mundo extraño, sombrío y perturbador, poblado de personajes fascinantes y ambiguos. El autor entreteje tres historias independientes que forjan mitos contemporáneos.

«La Trilogía de Nueva York marca un nuevo punto de partida para la novela norteamericana» (The Observer).

«Un libro pasmosamente brillante, que atrapa, escrito con una incisiva inteligencia que combina destellos de Tom Wolfe y Raymond Chandler, y deja una huella imborrable en el lector» (Sunday Telegraph).

«Fascinantes thrillers metafísicos... Tan elegantes, trepidantes y desconcertantes como las mejores novelas del género detectivesco que se hayan escrito» (Literary Review).

Diversas formas de atacar la lectura del libro

Inicialmente intenté encontrar quién había escrito las tres novelas, pensando que pudiera ser la misma persona, porque en La Habitación Cerrada el autor dice en el capítulo 8 que “toda la historia se resume en lo que sucedió al final y sin tener ese final dentro de él, no se podría haber escrito este libro; lo mismo pasa con las otras dos novelas. Estas tres historias son finalmente la misma historia, pero cada una representa una etapa diferente de la conciencia de dónde está el quid”.

Dice que no importan las palabras, sino la lucha y él “lleva años luchando por dejar algo”. Esta búsqueda no me dio ningún resultado concluyente, posiblemente porque esa aseveración puede ser análoga a la escena de Molloy de Samuel Beckett cuando se levanta de la cama a pesar de estar lisiado y lo explica porque estaban llamando insistentemente a la puerta y tenía que abrir (teatro del absurdo).
Sin embargo, es cierto que las tres novelas tienen un argumento parecido: Una llamada telefónica encarga hacer un seguimiento a una persona, con una finalidad en cada obra.

En las tres novelas la persona que hace el seguimiento se plantea dejarlo, pero al final decide seguir y eso hace que acabe desquiciada. Por otra parte, en dos de ellas al final desaparece el, aparentemente, personaje principal y también desaparecen algunos de los personajes secundarios. Esto tiene sentido porque el autor dice que cuando se escribe una novela en que el autor sabe lo que pasa al final lo único que puede pasar es que el autor voluntariamente lo deje abierto, pero que ponga algunas claves para que el lector pueda saber qué pasó. Pero estas novelas están escritas antes de que termine la acción, por lo que el autor no sabe cómo acaba y las acciones responden al azar en su punto álgido.

El tema principal para saber cómo se ha de leer el libro es definir cuál es la finalidad de la obra y quién es el escritor: Por ejemplo, si El Quijote es un libro de entretenimiento, lo ha escrito Cervantes. Si, por el contrario, es un libro en contra de los libros de caballería, lo ha escrito Don Quijote. Da la impresión que las tres novelas son escritas por las personas que llaman o contratan a quien es llamado, y, al igual que el autor no da claves para saber qué pasa con los personajes, sí las da para saber cómo ha de ser leído, cuál la finalidad: La novela Walden, o La Vida en los Bosques, de Thoreau indica que no se persigue entretener sino escribir una historia que sirva de espejo para criticar, ridiculizar, oponerse a alguna actividad humana o a toda la humanidad en su conjunto como, por ejemplo, el absurdo de estar toda la vida trabajando más y más repetidamente sin una necesidad clara, tema analizado  detalladamente en El Mito de Sísifo de Camús.

En las tres novelas se muestra claramente la conversión de una persona normal a hacer cosas extraordinarias, como una de las características de los escritos de Paul Auster.

Las descripciones de personajes son magníficas. En el capítulo 2 de la Habitación Cerrada se hace una descripción de Fanshawe que no se puede dejar de leer; es muy profunda porque está escrito en primera persona. El resto del capítulo es la descripción de la vida de los dos amigos hasta la muerte del padre de Fanshawe, en que tenían unos 16 años. Sólo por leer esta descripción merece la pena leer la novela.

Claves de La Ciudad de Cristal

En la biblioteca de Columbia Quinn buscó el libro “El Jardín y La Torre. Primeras Visiones del Nuevo Mundo” de Stillman padre, dividido en el Mito del Paraíso y El Mito de Babel. La primera parte con escritos de Colón, Peter Mártir, Montaigne, Tomás Moro y la profecía de Gerónimo de Mendieta. La segunda basado en El Paraíso Perdido de Milton.

En 1690 se publica La Nueva Babel como un relato visionario del nuevo continente. Henry Dark cree que al paraíso terrenal no se puede llegar sino que su inmanencia estaba dentro del hombre mismo. El hombre lograría crear ese lugar únicamente construyéndolo con sus manos. América está más al oeste de Babilonia, que está al oeste del Edén, que sería la llanura de Sennaen donde moraron. Babel se construyó 340 años después del Diluvio. El deber del hombre de poblar la Tierra y poseerla, que se rompió con Babel, se cumpliría cuando se poblase América. 340 años después de la llegada del Mayflower a América se cumpliría la profecía, o sea en 1960 y toda la humanidad volvería a hablar la misma lengua, basada al igual que cuando Adán le daba nombre a las cosas en que coincidía el significante con el significado. Curiosamente hay un cierto paralelismo entre algunos de estos planteamientos y el Libro de Mormon.
Posiblemente, esas lecturas incitaron a Stillman a mantener al hijo aislado y sin hablar: Quizás para que aprendiera sólo el lenguaje natural (quizás el hebreo antiguo, en opinión de Stillman)

Quinn estudia los esquemas de los movimientos de Stillman. por Manhattan y encontró que podrían reproducir las formas de las letras OWEROFBAB, que podría sugerir Torre de Babel, siendo “el” el antiguo nombre del dios hebreo.

En el primer encuentro con Paul Auster, que no es detective, éste le habla de que Cervantes se esforzó en mostrar a los lectores de que no había escrito Don Quijote, sino que lo había hecho el Cide Hamete Benengeli. Pero en realidad la teoría de Auster es que el libro lo escribió el cura y el barbero, con los dictados de Sancho (analfabeto) que fue testigo de todas las aventuras, para poner un espejo delante de Don Quijote para que cuando lo leyera viera lo absurdo de su conducta. Después, Sansón Carrasco lo pasa al árabe y Cervantes encuentra una copia y lo traduce otra vez al castellano. Ahora bien, quien realmente “orquesta todo” es el propio Don Quijote, que no está loco sino que pretende “poner a prueba la credulidad de sus semejantes”; y hasta es probable que fuera el mismo Cervantes quien contratara a Don Quijote (disfrazado de Cide Hamete Benengeli) en el mercado de Toledo para hacer la traducción al castellano.

Esta hipótesis puede ser una clave para descubrir quien escribe y cuál es la razón de la novela. Una explicación podría ser que Auster es el responsable de todo y pretende, como en El Mito de Sísifo demostrar que el trabajo sin un fin necesario sólo lleva a la destrucción.

Quinn se queda a vivir en casa de Virginia, que casualmente está abierta y tira la ropa por la ventana. Todos los días le llevan comida. Después todo es extraño: un amigo de Auster vuelve de África y va con Auster a la casa de Virginia, donde sólo encuentran el cuaderno. Auster se le entrega al amigo que es quien escribe el libro y que le dice a Auster que se portó mal desde el principio. De aquí se vuelve a colegir que todo pudo ser obra de Auster. Por otra parte, el seguimiento de los últimos movimientos de Quinn por Nueva York puede dar alguna clave más, como en el caso de la Torre de Babel.


Claves de Fantasmas

Un personaje llamado Blanco contrata a Azul para que siga a Negro hasta que Blanco quiera. Parece que Blanco es Negro y contrata a Azul para que le haga los informes con los que luego escribe el libro. Durante un cierto tiempo, Negro no hace nada de especial; al hacer los informes semanales, Azul piensa que las palabras y acciones por sí solas no sirven para describir la realidad si faltan los detalles (complementos circunstanciales de tiempo, lugar, modo…). En definitiva, Azul no sabe lo que está buscando y no sabe lo que es relevante y no sabe buscarlo. Durante ese tiempo, Negro está leyendo un libro titulado “Walden” de Henry David Thoreau, sobre la incongruencia de estar toda la vida trabajando para nada; parece que Fantasmas lo corrobora. Blanco hace trabajar a Azul innecesariamente; si Azul hubiera leído “Walden”, hubiera entendido el encargo de Blanco. Comienza a leer el libro de Walden y no lo entiende; no se da cuenta de que si lo leyera más despacio y con interés encontraría la solución del problema entre Blanco y Negro. Al leerlo demasiado deprisa pierde los detalles y las palabras solas no son suficiente para definir la situación.

Al encontrarse con su novia del brazo de otro hombre se da cuenta de que su vida se ha roto. Parece que pasa lo mismo que en La Ciudad de Cristal, La Habitación Cerrada o La Música del Azar, en que nuestras decisiones, de ser obsesivas con algo, nos llevan a la rotura.


Claves de La Habitación Cerrada

El aparente autor de la novela hace una descripción de su amigo Fanshawe digna de quitarse el sombrero; es muy profunda porque está escrito en primera persona. En el cumpleaños de Fanshawe, éste da su regalo a Dennis Walden, que no llevaba regalo, en un gesto de justicia más que de caridad, por lo que Walden no se siente humillado.

Después de recibir una carta de Fanshawe, toma una serie de decisiones (edición de sus manuscritos, matrimonio con la mujer del amigo, etc.), decisiones forzadas por la trama ideada por el amigo. Al final llega al acuerdo de escribir una biografía de su amigo. Hace disquisiciones sobre cómo debe escribir la biografía y decide mentir igual que había hecho en un trabajo de un censo de ciudadanos. Después de no encontrar ningún dato relevante de las personas que habían tenido alguna relación con Fanshawe, el libro ya no tenía importancia; se había convertido en un método de encontrar a Fanshawe. Parecía como si Fanshawe le hubiera escrito la carta para que lo encontrase y matarlo o que él matara a Fanshawe.
Al igual que en las otras dos novelas de la trilogía, rompe con todo. En este caso, se quedó un mes en París y quedó destruido, intentando destruir a Fanshawe.

En el capítulo 8 el escritor expresa una clave consistente en que toda la historia se resume en lo que sucede al final, y sin tener ese final dentro de él, no se podría haber escrito el libro. Esta es la causa de que no importe qué es lo que pasa con los personajes al final, sino que esos personajes no son más que figurantes para conseguir los datos y que el escritor final pueda escribir el libro después de haber desaparecido esos personajes. Lo mismo pasa con las otras dos novelas. Estas tres historias son finalmente la misma historia, pero cada una representa una etapa diferente de la conciencia de dónde está el quid. En Boston, Fanshawe se hace llamar Henry Dark y hace dos años que no sale de la casa. Le da un cuaderno rojo al escritor donde ha puesto toda la explicación que le debe; ha tardado 6 meses. Le dice que se ha envenenado.


Merece la pena leer este Extracto del comentario de Pau Sanmartín Ortí. El reto de Sísifo o cómo está hecha La Trilogía de Nueva York de Paul Auster. 4 Febrero 2007.

La desaparición es el objetivo final de todos los personajes de la Trilogía: Quinn y Peter Stillman desaparecen, Negro trata de que Azul lo aniquile, Fanshawe vive oculto y no desea que lo encuentren. Éstos comienzan su andadura como escritores-detectives, a la búsqueda de alguien o algo. Pero desde el momento en que empiezan a investigar-escribir sienten que la verdad se les escapa, que sólo acceden a lo que ya tenían en el punto de partida, que se apropian de su objetivo y que, por lo tanto, éste ya no puede aparecer en tanto que objeto ajeno a sí mismos. Se esfuerzan por abrir un hueco pero, cuando se acercan a lo que creen ser una ventana, se dan de bruces contra un espejo. Una sensación análoga experimenta el lector de la Trilogía, tratando de encontrar el sentido de la obra y el responsable de la narración. El destino abrupto de los personajes y narradores, diseñado como una sucesión de cambios inesperados, dificulta esta tarea. Su punto de partida, su núcleo primero de identidad es desplazado continuamente hasta que, casi al final de La Habitación Cerrada, el narrador se revela y pone al descubierto el propio procedimiento compositivo de la Trilogía:
De alguna manera, el narrador interfiere en el devenir de los hechos imprimiéndole una organización, una concatenación causa-efecto, que puede desviarse del sentido que dichos hechos adquieran posteriormente. Las interferencias del narrador, sus ficciones, son proyecciones imaginarias que especulan sobre el destino de sus personajes. Pero al tiempo que interfiere en los hechos que observa, los hechos interfieren a su vez en él, pues le obligan a desplazar su identidad y dejarle un hueco mental a la ficción imaginada. La especulación del narrador-detective es, por tanto, al mismo tiempo, suplantación y reflejo.
El narrador inventa los personajes y la trama de sus novelas. Para ello parte de sí mismo pero, al mismo tiempo, renuncia a sí mismo para que la ficción pueda ser. Como se nos decía en Fantasmas, el escritor se refleja a sí mismo mientras escribe y a la vez es suplantado por su propia escritura. Esta especie de reversibilidad existente entre el autor y su creación se muestra de manera especialmente aguda en La Habitación Cerrada. Al ser ésta la única novela de la trilogía escrita en primera persona, su narrador está, pues, claramente ya fundido con uno de los personajes de la trama.

sábado, 12 de octubre de 2024

Años luz

 

Años luz (James Salter)

Comentario complemento de la sesión del Club de lectura del 4 de octubre de 2024.


Por Miguel Ángel Muñoz


James Salter nació en 1925 en New York y falleció en esta misma ciudad en 2015 a los noventa años de edad. Graduado en la academia de West Point fue piloto en las fuerzas aéreas de Estados Unidos sirviendo en la guerra de Corea hasta 1957 que abandonó la carrera militar. Esta experiencia, como una suerte de exorcismo que le sirviera para regresar a los escenarios de violencia que vivió, sólo la utilizó de pasada en su primera novela de 1956 Los cazadores, pero toda su creación literaria posterior la volcaría en describir a los seres humanos en su intimidad y junto con los demás, especialmente entre los distintos sexos, donde la belleza descriptiva no esconde la dura realidad de las relaciones, sin veladuras. Será en estos hechos donde se definirá con más fuerza su estilo repleto de frases brillantes, silencios cargados de expresividad y una prosa depurada y llena de lirismo.

James Salter escribió en los años ochenta un puñado de historias que fueron publicadas con el título de Anochecer  pero la primera vez que lo leí fue en su segundo libro de relatos recién editado en 2005, La última noche. Ya entonces me sorprendió su potencia narrativa, la concisión literaria, una escritura diáfana y esencial de una sobriedad que hace difícil eliminar algún párrafo sin que afecte al relato recordando las inscripciones en piedra antiguas, breves pero llenas de sentido. Concurren aquí muchos elementos determinantes de su narrativa pero quizás sea la transitoriedad de todo, la fugacidad de la vida los que de manera más precisa la expliquen. También la importancia que le concede a todo lo aparentemente irrelevante. Como diría el crítico José María Guelbenzu: “…una de esas maravillosas acuarelas cuya pericia en la pincelada fija la imaginación del observador y lo embarca en un fascinante viaje hacia el conocimiento”. El último relato que lleva el título de esta breve obra, La última noche, es magistral y os invito especialmente a leerlo, en palabras de Antonio Muñoz Molina “Corta el aliento desde el principio y en la última página depara una descarga eléctrica”. Ambos libros de relatos se han editado recientemente en un único volumen con el título de Cuentos completos.

Nada más abandonar las fuerzas aéreas en 1956 Salter publicaría su primera novela antes comentada Los cazadores que revisará medio siglo después y donde ya se aprecia su desbordante pasión por la literatura y algunas de las claves que desarrollaría en toda su obra posterior.

La primera novela importante y que se la considera una obra maestra indiscutible fue Juego y distracción publicada en 1967. Para mí supondría una experiencia literaria inolvidable, entonces escribí en su última página en blanco, la de cortesía: “Acabo de leer el capítulo cuatro y ya digo que no es una novela lo que leo sino un inmenso poema, verdadera poesía, un inesperado deslumbre como pocas veces me ha ocurrido…. después todo toma otro derrotero pero con una mesura y elegancia exquisitas para bucear en la intimidad de una pareja crepuscular que es en esencia la misma de todos” Ningún encaje retórico en su prosa diáfana y llena de sensualidad, más cerca de los sentidos que de la carnalidad pero sin rehuir la intimidad que se concita entre los amantes, todo contado con morosidad y elegancia sin caer en lo vulgar o grosero, donde el deseo se muestra rotundo, inquietante, en toda su grandeza, pero también cuando se convierte en algo mezquino, como una distorsión de la realidad que encubriera el vacío de nuestra existencia. 

En 1997 publicaría Quemar los días, sus memorias. En ellas Salter se situará de manera contundente entre los mejores narradores contemporáneos. Encontraremos momentos memorables repletos de épica y sensibilidad, unos recuerdos significativos a lo largo de su vida relatados con una prosa en apariencia fácil pero a la que como dije no le falta ni le sobra una palabra. 

Su último libro publicado fue Todo lo que hay en 2013, con 87 años de edad. Antes del inicio, Salter escribe “Llega un día en que adviertes que todo es un sueño, que sólo las cosas conservadas por escrito tienen alguna posibilidad de ser reales”. En esta obra el autor llevará más lejos aún el cribado de la frase a través de una aparente sencillez descriptiva, una escritura suave, tantas veces poética, en la que relata con sutileza unas maneras de estar en la vida, de ver y de sentir más sugeridas que explicitadas y que como una barca en un mar tranquilo te va meciendo en unas aguas donde tú también estás o lo desearías y que convierten este libro en una experiencia difícil de olvidar. Salter, que fallecería tres años después de su publicación logra, especialmente en esta última obra engarzar las palabras unas con otras para significar instantes, sublimar sentimientos, deslizar ideas, quizás verdades que flotan a nuestro alrededor y que no acertamos a ver o a interpretar y esto lo consigue con frases decisivas y plenas, compasivas o dolorosas, logrando la mayor depuración creativa de toda su obra. Se presiente su voluntad de emprender este último viaje y llevarlo hasta el final, en la plenitud que la muerte insinuante le aporta, y notar cómo ella se acerca y apaga la luz.

Unos meses antes de fallecer Salter pronunció en la Universidad de Virginia tres conferencias recogidas en el volumen titulado El arte de la ficción siendo la primera de ellas antológica. Las tres están escritas con un estilo sencillo que busca la complicidad del lector, y más que de unas reflexiones teóricas se tratan de unas charlas referidas al hecho mismo de escribir, una defensa de la ficción donde detalla su manera apasionada de abordar esta tarea. Salter admiraba al ucraniano de Odessa Isaac Babel y diría de él que su escritura contenía los tres elementos principales que se aprecian en la excelencia literaria: estilo, estructura y autoridad, cosa que él conseguiría en su obra, especialmente el estilo del que dijo “es el escritor en su totalidad” y añado, es la manera de contar, la voz propia, lo que queda después de todo. 

Este 2024 ha visto publicado En otros lugares compuesto de reportajes, crónicas viajeras y gastronómicas, algo de costumbres y de historia, casi todo referido a Europa que vieron la luz en revistas o prensa en los años ochenta, de un interés relativo salvo algunas perlas literarias que deja aquí y allá y que redimen esta edición. 

Me centro ya en Años luz publicado en 1975 que como dije al principio se me presentó como una opción preferente e indiscutible. Con probabilidad no sepa expresar los motivos verdaderos de la elección. Esta segunda lectura, claro está, me ha recordado a la primera, sin embargo también la he sentido como nueva, sólo han pasado seis años pero el ángulo para percibirla ha sido otro y la experiencia diferente. Me emociona lo que hay aquí dentro de ella. Lo que espero de una novela o diario o lo que sea, es que me sobrecoja, que me diga alguna verdad o como escribe Marcos Ordóñez en la solapa del libro con parecidas palabras, que te remueva como un terremoto y lo que resulte sea otra mirada, y es que es tan importante esto, el ver, una experiencia única, ese “aprendo a ver” que Rilke llevó como guía en su obra. Entrar en este libro es una suerte de viaje a una realidad que nos empeñamos en esquivar de mil maneras y del que deberíamos salir distintos, sólo por una cuestión de honestidad, de reconocer lo que somos y cómo somos. Se trata en definitiva de una novela conmovedora que te atrapa desde el principio por la manera escueta pero tan eficaz de contar los momentos y con la que felizmente me he vuelto a encontrar para leerla de nuevo. En su día anoté “….como agua entre las manos se me escurre por todas partes, la siento entera, plena, de una abrumadora belleza, pero desaparece a cada instante, como si nada fuera escrito para que permaneciera, quizás sea ese el misterio principal de este libro extraordinario, esbozos de vidas, de dos personas más que de las otras, y que desde la disparidad de personajes, lugares y épocas logran dar cuerpo a un mundo, a una manera de estar ineficaz, como diría el autor, pero cierta… su aparente levedad visual o la engañosa falta de solidez de su estructura argumental la convierten sin embargo en una historia inolvidable que permanece y crece con el tiempo. James Salter ha construido esta novela casi sin explicar qué hacen sus personajes, a qué se entregan, muy poco sobre sus ideas o sentimientos. Breves pinceladas sobre sus personajes, pequeños gestos, algunas frases definitivas o palabras sueltas, apenas nada, para crear un retrato veraz y antológico sobre el transcurrir de la vida y la ansía de significado”. Salter consigue el máximo grado de depuración en su escritura poética repleta de hallazgos verbales, en el trazado psicológico de sus protagonistas y esto acaba por afectar al lector que sale de la novela de manera distinta a como entró. James Salter desvela las contradicciones entre una vida ordenada y pública y esa otra “oscuro objeto del deseo” recordando a Buñuel, que la razón no domina y ante la que se siente impotente. Se muestran los días perfectos y encantadores que viven Viri y su esposa Nedra junto a sus hijas Franca y Danny en una casa a orillas del Río Hudson rodeada de naturaleza y que conforman un paisaje idílico, pero también de una manera sutil se desliza la percepción del transcurso del tiempo, la rutina que parece implacable y el tedio que le sigue cuando la felicidad se vuelve insustancial. El hábito del amor, su mayor enemigo porque conduce al desinterés y a la indolencia hasta resultar difícil explicar la oposición que se establece entre el deseo y el compromiso, la paradoja que supone el que cada elección implica una renuncia y todo ello desarrollado con un estilo tan poderoso como deslumbrante. Pasamos así de una vida íntima y familiar equilibrada y plena hasta ver cómo lentamente cada uno por su parte se encamina al final de esa armonía y bienestar, entremedio las hijas, los amigos y todo lo compartido, hasta llegar a la relación extramatrimonial. No siempre compartimos su visión sobre el sexo y de su concepto del amor pero de eso se trata, de atender a otras voces que nos interpelan, que cuestionan nuestro comportamiento, lo que pensamos. Todo está contado con una elegancia exquisita, con detalles que apuntalan el texto, matices en la observación que suelen pasar desapercibidos, la exposición de los sentimientos de ambos sin enfrentarlos, sólo mostrados en el discurrir diario de cada uno. En todo ello Salter hace que la poesía se adhiera a la escritura y lo que es más difícil, también a la emoción del lector que asume la historia embelesado por la manera de contar sencilla, sigilosa, pero tan concisa e inspirada. La juventud y adultez alcanzarán a sus hijas como a Nedra y Viri la vejez y la muerte, siempre con notas agradecidas sobre el discurrir de sus vidas pero también perplejos ante el resultado de todo y su final. La abrumadora felicidad de los inicios tiene una conclusión tan dura como las palabras que Salter expresa sobre la existencia: “una aterradora insignificancia”.


A continuación ofrezco algunas anotaciones personales que me sirvieron para la escritura de la semblanza sobre James Salter con la indicación de las páginas en que se basan las mismas:

-En el principio: 
           -Contraposición de planos:
                         -felicidad familiar…inicio…comidas con amigos…ver nota pág. 14, 22
                         -desgracias en la vida….niña enferma con la pierna amputada, anciana, vagabundo, pág. 31,35,36….la muerte pág.93-94

-Nedra: Una reflexión!!! pág. 32,33,39!!! (Salter habla de ella como lo haría un enamorado, quizás sublime en ella lo que desearía encontrar en una mujer) y 53, y los dos…pág.54

-Y Viri: pág.42,43,44,45,46,47….después pág 68. 

-Diálogos:
           -inteligentes…………..pag. 48,50-51, 72-76, (la fama y la grandeza)…pág.154, 
             la excelencia…pág.168
           -irónicos……………….…~Woody Allen. Algunos chistes…pág.169
           -rápidos o cínicos…pág. 42

-El comienzo de algo que no va…pág.52,54

-La exultante infidelidad:????… de Viri pág.44-45,61-65, 81 y 96… y de Nedra pág.136

-¿Qué es la fidelidad:??? ¿Nos mejora, nos coarta???… pág. 61

-El mar de los Sargazos:…pág.69

-Reflexión sobre el matrimonio:…pág.89 y sobre ellos pág.156

 -Y el derrumbe:… “Viri el adúltero, abandonado, el hombre desvalido” La decepción insoportable…pág.106

-Nedra de Viri: “es imposible vivir con él” pág.165

-Una Navidad: que habla de la vida como nos gustaría que fuese…pág.120-7

-La pasión: que nace y la carta que la exhibe…pág. 131 y 136

-El artista y la persona:…pág.153

-El padre: la enfermedad…pág 157-9, 177 y la muerte…pág.179-184 y la de Peter…pág.311

-Viri, ¿dónde está?: la sensación de que lo ha perdido todo…pág.167, el aturdimiento…pág.205

-Los hijos que crecen: pág. 163 y 199…y se hacen adultos…pág.234 y 265 y se casan….  pág.298

-Una nueva era para Nedra: sus primeros miedos, el afecto insuficiente…pág.211 cap.3

-Se vislumbra la ruptura: pág.247-8 y la nueva pasión de Nedra, la carta…pág.249 

-El divorcio: pág.253

-Y al final quién te ayuda: pag.286…Aguantar hasta que se pueda…pág. 297

-El desencanto: pág.323 - 338

-El final: la venta de la casa y la despedida…pag.326

-La afirmación de Nedra: a su hija Franca sobre la conquista de sí misma…pág.329

-Nedra sola: en su apartamento, y el paso del tiempo, y los últimos guijarros de vida…pág.330-34

-Viri en Europa: el tiempo agriado…pág.337 reflexiones desencantadas…pág.338: nervioso, asustado, deprimido. Y entonces aparece ella.

-Lia Cavalieri: lo inesperado que lo cambia todo cuando todo parecía ya inmutable…pág.350-4  

-Otra vuelta de tuerca: lo que al principio era nuevo, curioso, poco a poco forma una costra vital inextricable, la risa cesa, es como un aprendizaje difícil, que nunca terminará…pág.355

-Y la boda: había también una llave del portal y dos del coche….Añoraba su hogar…pág.356

-Los lazos familiares: lloraba por sus hijas. Les escribía cartas febriles…pág.359

-Las predicciones de Lia: pág.360 

-Un estado de ánimo: pág.361

-La carta: ¡de Nedra a Viri!!! y los rescoldos que muestran una realidad que permanece…pág.362

-Y la muerte: pág.375-6

-Y el final: sucede en un instante. Todo es un largo día… pag.381


Algunas frases: 

La luz se derramaba sobre el río de color pizarra. Una luz suave, la ociosidad De Dios. Pág 14

Todos los amigos lo son de un modo distinto. Pág 22

Hay en realidad dos clases de vida…, la que la gente cree que estás viviendo y hay la otra vida. Es esta otra la que causa el problema, la que anhelamos ver. Pág.33

La vida es el tiempo que hace. Las comidas. Los almuerzos en un mantel azul a cuadros sobre el cual hay sal vertida…..Pág.35

Era de esas mujeres que hacen que, cuando uno las ve, todo cambie. Pág.39

¿Qué es natural y qué no lo es?…Estamos tan lejos de ser naturales….ahí está el problema. Pag.41

Hay caras que lo subyagan a uno, de las que uno se distancia con la sensación de perder el aliento. Por la mañana lo habría olvidado, pensó, por la mañana todo es distinto, las cosas son reales. Pág.44

Quería ser crucial para la familia humana, ¿qué otra cosa se puede anhelar, qué otra esperanza? Pág.47

Pero el conocimiento no te protege. La vida desprecia el conocimiento. Pág.48

Él estaba vacío, en paz….Él venía del mar, de una travesía emocionante. Estaba lleno de secretos, engaños que lo hacían completo. (Una frase durísima después de estar con su amante). Pág.68

El silencio es misterioso, pero las historias nos llenan como el sol. Pág.83 (ref. a Jivan, contador de historias)

Su vida de pareja era dos cosas: era una vida más o menos, y era una ilustración de la vida para sus hijas…..y las dos versiones se entreveraban de tal forma que cuando una de ellas estaba escondida la otra se manifestaba…. Los hijos son nuestra cosecha, nuestro cultivo, nuestra tierra. Son pájaros a los que se suelta en la oscuridad, son errores renovados. Pero son la única fuente de la que puede extraerse una vida más cumplida, más lúcida que la nuestra……pág.89

¿Sabes lo que dice Krishnamurti? Consciente  o inconscientemente, somos totalmente egoístas y, con tal de conseguir lo que queremos, creemos que todo está bien…el pensamiento no conduce nunca a la verdad, es siempre desorden, dice él…pag 93

Te mueves en una realidad más amplia que otros hombres. (Arnaud a Viri) Pág 143

Era, en definitiva, un buen padre…es decir, un hombre ineficaz…..Tenemos que ser borrosos, debemos ser afables, de lo contrario estamos matando a gente, sean cuales sean nuestras intenciones,……pág.168

Nedra dirá: “El conocimiento específico no es educación. Yo entiendo por educación aprender a vivir…pág.204

Lo único de lo que tengo miedo es de las palabras “vida ordinaria”…(Nedra) pág.215

Eres tan americana. Crees que todo es posible, que todo llegará. Yo sé que no es así…(Jivan a Nedra) pág. 226

Uno de los últimos grandes descubrimientos es que la vida no será lo que soñabas…pág.279

Ella sabe muy bien que éstos son sus últimos días. No podrá recuperarlos…pág.297

La vida de los hombres me aburre (Peter)…pág.305 (las ideas discutibles suele ponerlas en boca de alguien).

Las cosas que ella (Nedra) creyó imperecederas -imágenes, olores, el modo en que él se ponía la ropa, los actos profanos que la habían pasmado- se oscurecían ahora, se tornaban falsas. Apenas escribía cartas, no conservaba ninguna…pág.323

Yo siempre había creído que las cosas importantes sobrevivirían -dijo Nedra-, pero no sobreviven… Todo la abandonaba con movimientos lentos, imperceptibles….los pesares y las dichas, lejos de ser enterrados con una, se desvanecían antes, salvo pedazos dispersos…No debía revelárselo a sus hijas…pág.324 

Siempre nos salva un accidente. Una persona a quien jamás hemos visto…pág.342

Los días se desperdigaban a su alrededor, estaba ebrio de días. No había logrado nada. Tenía su vida -no valía gran cosa-, que no era como una que, aunque consumada, hubiese sido realmente notable… Nos protegemos como si eso fuera importante, y siempre lo hacemos a expensas de otros. Nos acaparamos. Triunfamos si ellos fracasan, somos sabios si ellos son necios, y seguimos adelante, aferrados, hasta que no queda nadie, hasta que no nos queda más compañía que Dios. En quien no creemos. De quien sabemos que no existe…pág.366

Sólo que es difícil creer en la grandeza-dijo-. Sobre todo en la de los amigos…pág.371

Y aquellos veranos ociosos en que, en una casa a la orilla del mar, se diría que la familia que él había creado duraría para siempre…pág.376



     




jueves, 27 de junio de 2024

Infocracia

 

La caja negra de los algoritmos. Infocracia (Byung Chul Han)

Comentario complemento de la sesión del Club de lectura del 28 de junio de 2024.


Por Isabel Anaya


Byung Chul Han nació en Seúl en 1959, a los veintidós años se trasladó a Alemania donde estudió Filosofía, Literatura y Teología. Ejerce de profesor de Estudios Culturales en la Universidad de Berlín. Es autor de diecisiete libros, entre ellos: La sociedad de la transparencia, Psicopolítica, La expulsión de lo distinto, La agonía de Eros… En sus obras denuncia la alienación del ser humano y sus valores en la era digital, mientras se nos hace creer lo contrario, mediante sofisticadas técnicas de neuromarketing que nos manipulan desde el inconsciente. El objetivo es convertirnos en seres consumistas, egocéntricos, carentes de sentido crítico, incapaces de acciones políticas acertadas, en resumen, un ganado ideal para los intereses del neoliberalismo del siglo XXI. Chul Han llama Infocracia, título del libro reseñado, al sistema socioeconómico y político que se está consolidando en las democracias de los países desarrollados. Es el “régimen de la información” basado en el dominio de la información y su procesamiento, valiéndose de algoritmos e Inteligencia Artificial. Un capitalismo de la vigilancia que rebaja a las personas a la categoría de datos y consumidores, que se diferencia del que ha imperado en siglos anteriores, “régimen de la disciplina” del capitalismo industrial, basado en la movilización de fuerzas y energías. Dice Chul Han: la digitalización somete nuestra percepción, relaciones con el mundo y convivencia a cambios radicales. La avalancha comunicativa e informativa se apodera de la política trastornando los procesos democráticos. La Democracia está degenerando en Infocracia.

La Psicopolítica, una neuroingeniería diseñada para apoderarse de la psique y alcanzar el poder, tiene instrumentos tan cotidianos como el teléfono móvil, que nos somete y vigila sin que lo sepamos. No se utiliza la coacción sino la persuasión, la motivación y la falsa sensación de libertad. A la vez, se explota nuestro miedo al anonimato y a la invisibilidad, que nos lleva a exponer compulsivamente nuestras vidas en las redes sociales, pero no la auténtica, sino la que desearíamos tener o tenemos en momentos fugaces. Vamos dejando huellas digitales que son utilizadas por los políticos para diseñar programas a la medida de nuestras aspiraciones. Corroborando las palabras del autor de Infocracia, aludo a Marta Peirano en su libro “El enemigo conoce el sistema”, también reseñado en mi blog, ella al igual que Chul Han toma como ejemplo la campaña electoral estadounidense de 2016, que llevó a la presidencia del país a Donald Trump, para mostrar el impacto de las redes sociales en la política. Trump se valió de Twitter para su campaña y en su triunfo colaboró Cambridge Analytica, compañía privada inglesa que combina la recopilación y análisis de datos con la comunicación estratégica para procesos electorales, también fue responsable del éxito de la campaña a favor del Brexit en Inglaterra. Durante la década de 2010 Cambridge Analytica fue recopilando datos de millones de usuarios de Facebook, sin sus consentimientos, con fines de rentabilizarlos en campañas electorales. Conocemos estos hechos por las declaraciones de un antiguo empleado, Christopher Wylie, el escándalo que desencadenó sus declaraciones provocó la ruina de Cambridge Analytica y Mark Zuckerberg, como director ejecutivo de Facebook, fue llamado al Congreso de Estados Unidos para dar explicaciones, siendo condenado a pagar multas millonarias e indemnizaciones. Chul Han nos alerta de los peligros del enjambre digital como es llamada la masa que se forma en las redes, compuesta de individuos aislados, que a diferencia de la masa clásica, carece de alma y es incapaz de andar en una dirección.  La hipercomunicación digital ahoga en un ruido incoherente y sin sentido, el silencio necesario para reflexionar y, paradójicamente, la hiperinformación provoca desinformación. 

La Psicometría (procedimiento basado en datos para obtener perfiles de personalidades) es un arma usada tanto en el marketing como en la política. Los perfiles psicométricos predicen el comportamiento de los individuos y aciertan, a partir de lo que exponen en redes sociales, sus compras, opiniones, ideología religiosa o política y sus inclinaciones sexuales. Datos que son usados para agrupar a las personas por afinidades y elaborar una propaganda hecha a medida con procedimientos dirigidos al inconsciente, socavándose los principios de la Democracia: el libre albedrío, la autonomía y el derecho de los votantes a tener una información veraz y contrastada en un marco de transparencia.  Las fake news, noticias falsas, son explotadas en la guerra sucia informativa; el panorama político es desolador. En las últimas campañas en Estados Unidos y Canadá, los votantes fueron movilizados por bots, con información ajustadas a las aspiraciones de los perfiles de quienes iban dirigidos, incurriendo a veces en contradicciones. Cuando ejércitos de troles difunden teorías conspiratorias, crean cuentas falsas haciéndose pasar por personas reales que publican mensajes de odio, laikean, y comparten noticias falsas inflando falsamente el número de sus seguidores, se produce una polarización tóxica. La primera víctima es la verdad, la realidad que sirve de referente para tomar decisiones. La desconfianza se adueña de la política, los ciudadanos no se fían de nadie y, cada vez más, se elevan los índices la abstención en las elecciones electorales, sobre todo del voto joven. El smartphone, teléfono inteligente, se ha convertido en el parlamento móvil de la psicopolítica digital donde el poder interviene en los procesos psicológicos inconscientes. Comparando el biopoder de la política tradicional, el autor nos avisa de que el psicopoder es más peligroso, por ser más eficiente en controlar, vigilar y mover a las personas, no desde fuera como el tradicional, sino desde dentro y sin que éstas lo sepan.

La crisis de la verdad que estamos viviendo, es la consecuencia de la infoxicación, las noticias falsas, la polarización y la segmentación al servicio de los intereses del neoliberalismo, que se produce en las redes. La información circula completamente desconectada con la realidad; se está produciendo la desaparición de las creencias y las certezas necesarias para la convivencia social. Es indudable que la Inteligencia Artificial y sus algoritmos nos han traídos muchos beneficios y desarrollan técnicas de mejoras en todos los ámbitos de la sociedad. Sin embargo, es necesario que filósofos como Chul Han nos destripen la caja negra que puedan llevar incorporada, sus estrategias usadas para favorecer a los poderosos y perjudicar al individuo y los logros sociales alcanzados a lo largo de siglos.


sábado, 15 de junio de 2024

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes

 

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (Tatiana Tibuleac)

Comentario complemento de la sesión del Club de lectura del 7 de junio de 2024.


Por Lola Acosta


He elegido de este libro por la capacidad analítica del sentimiento que tiene, especialmente para introducirnos en los problemas familiares, mentales y físicos de los personajes, que se acercan y nos acercan con extrañeza al dolor y nos asombran por el estilo depurado en que están descritos.

La autora ha optado por una escritura que concentra fórmulas estructurales utilizando una palabra llena de imágenes visuales que nos permiten ver la historia y sus momentos con un lenguaje sencillo.
Tras un viaje a Rumanía, descubrí a esta autora y esta novela, que leí llena de asombro y curiosidad por su originalidad, belleza lingüística y profundidad reflexiva sobre las relaciones materno filiales.

BIOGRAFÍA 

Tatiana Țîbuleac nació en Chisináu el 15 de octubre de 1978, es una escritora, periodista y traductora moldava -rumana.
Las características del país las podemos encontrar en este enlace:


Curiosamente el lema del país es : Nuestra lengua es un tesoro.

Tatiana Țîbuleac nació en la capital de Moldavia, Chisináu. Su padre era periodista y su madre editora, por lo que creció rodeada de libros y periódicos y se aficionó pronto a la lectura.
Estudió periodismo y comunicaciones en la Universidad Estatal de Moldavia y durante esos años ya empezó a colaborar con diversos medios en calidad de traductora, correctora y reportera.

Trayectoria

En 1995 Țîbuleac empezó a trabajar en el periódico FLUX, de gran difusión en esa época en Moldavia. Poco después tuvo su propia columna, llamada "Povești adevărate" ("Historias verdaderas").

Cuatro años más tarde pasó a trabajar en la televisión, en un canal moldavo llamado Pro TV Chișinău, donde comenzó como reportera y posteriormente fue presentadora. En alguna ocasión comentó que en su trabajo intentaba escribir sobre personas diferentes y no famosas, porque las encontraba más interesantes. De hecho, solía dedicar días a conocer personas pobres, con enfermedades y en general con problemas sociales sobre los que después escribir.

En 2007 dejó el periodismo y se trasladó a París en 2008. Según ella contó, le vino muy bien el cambio de vida para encontrar un modo nuevo de escribir.

Publicó en Moldavia su primer libro Fábulas modernas, en 2014, se trata de una colección de 50 historias cortas sobre la migración. El libro tuvo su origen a raíz de varias publicaciones en Facebook, hechas con el propósito de inspirar a las personas que vivían lejos de su hogar y hablar sobre la migración desde una perspectiva diferente. Las opiniones y los debates generados en la red social hicieron de Fábulas modernas un fenómeno de los más populares aquel año.

Su primera novela El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes se publicó en 2017. Según algunos medios, "una cruda e íntima reflexión sobre las relaciones maternofiliales que apela a la fuerza del amor y el perdón" .

La crítica ha destacado la poesía que destila el estilo descarnado de la autora. La novela ganó múltiples premios literarios y ha sido traducida a múltiples idiomas, entre ellos al francés y al español. En Bucarest se hizo una obra de teatro de la novela.

En 2018 publicó su segunda novela Jardín de vidrio por la que le concedieron el Premio de la Unión Europea de Literatura.

https://es.wikipedia.org/wiki/Premio_de_Literatura_de_la_Unión_Europea

Personalmente, mi afición a la poesía es lo que me acerca a esta novela, para mí, absolutamente poética.

Premios
  • 2020. Premio Las Librerías Recomiendan (CEGAL)
  • 2019. Premio Cálamo Libro del año 2019 por El verano que mi madre tuvo los ojos verdes.
  • 2019. Libro del Año de las Librerías de Madrid (Finalista)
  • 2018. Premio de la Unión de Escritores Moldavos (Rumanía)
  • 2018. Premio Observator Cultural (Rumanía)
  • 2019. Premio Lyceum (Rumanía)
  • 2019. Premio de Literatura de la Unión Europea.
  • 2022. XV Premio de Novela Europea Casino de Santiago.
Obras
  • Tatiana Țîbuleac. Fabule Moderne [Fábulas modernas]. Urma Ta.
  • Tatiana Țîbuleac; Marian Ochoa de Eribe (trad.) (2019) [2016]. El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes. Editorial Impedimenta.
  • Tatiana Țîbuleac; Marian Ochoa de Eribe (trad.) (2021) [2019]. El jardín de vidrio. Editorial Impedimenta.

Podemos consultar en estos enlaces la crítica exterior

1. «IMPEDIMENTA » El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes». 

2. Andrés Seoane (18 de abril de 2019). «Tatiana Tibuleac: "Siempre hay tiempo para hacer las paces, incluso con los muertos"». 

3. EFE, Agencia (15 de marzo de 2019). «Tatiana Tibuleac, la exitosa autora moldava que no sabe escribir de amor». 

4. «III Edición Rodando Páginas. Los libros van a las pantallas.».


Hay otros enlaces en inglés y en francés, he elegido aquellos a los que accedemos directamente en español.


LA NOVELA:

Estamos ante una novela dura y cruda. Llena de sentimientos.

Aleksy es un joven con un trastorno psiquiátrico. Su terapeuta le aconseja recordar y escribir todo lo ocurrido en su pasado, a modo de terapia. Aleksy no tarda en sumergirse en su memoria y vuelve a verse sacudido por las emociones que lo asediaron cuando llegaron a aquel pueblecito vacacional francés: el rencor, la tristeza, la rabia. Debe superar la desaparición de su hermana. Debe perdonar a la madre que lo rechazó. Debe enfrentarse a la enfermedad que la está consumiendo. Un verano de reconciliación, de tres meses en los que madre e hijo por fin bajan las armas, espoleados por la llegada de lo inevitable y por la necesidad de hacer las paces entre sí y consigo mismos.

Podemos ver el odio de un adolescente contra su madre y el motivo de éste. Aunque lo más importante del relato no es el porqué o el cómo, sino los sentidos y sentimientos en todo momento. Se trata de un viaje de introspección personal, donde el valor de las cosas y el perdón dan lugar a una narración sin diálogos, de lectura ágil (pero dura), con unos capítulos muy cortos. 

Tatiana nos muestra un dominio del ritmo narrativo brillante, con saltos del presente al pasado (remoto o más próximo). Y deja la puerta abierta a la esperanza.

Esta novela nos atrapa desde el primer instante ( si no vamos con prejuicios). En tan solo cuatro líneas puede provocar estupor, horror, desconcierto y rechazo a través de un vocabulario soez, con exaltación de la fealdad de la madre y de todos sus defectos. Las palabras que Aleksy, el narrador adolescente, le dedica a su madre hielan la sangre. El odio, el asco, el rencor y las ganas de matarla conmueven por su crudeza, rompen los esquemas de toda relación materno filial y nos ponen en alerta para descubrir qué ha podido llevarlos a ese punto de toxicidad.

Pronto vamos descubriendo los motivos que han llevado a la madre a no saber querer a su hijo, a no saber mostrarle afecto, a no cuidarlo como es debido. Aunque lo sabremos a través de la voz narrativa del hijo, que por recomendación psiquiátrica debe rememorar el verano que pasó con su madre en un pueblo francés. Un verano del que todavía no ha podido salir. Una voz poco fiable, distorsionada por el dolor, el odio y la salud mental.

Madre e hijo, dos personajes desgraciados y solitarios, hundidos en su propia miseria y en su propio dolor, dos personajes a los que les sangran las heridas y la distancia entre ellos se abre como un abismo. Pero la certeza de que éste será el último verano que podrán pasar juntos les ablandará el alma y les regalará la oportunidad de acercarse el uno al otro, de conocerse, de comprender, de entender, de volver a empezar aprendiendo juntos a quererse de nuevo.

Y como si de una carrera de obstáculos se tratara intentarán recuperar el tiempo perdido, arañando cada minuto, implorando al reloj para que se pare y les deje disfrutar de todo lo no vivido. Y esa transformación será maravillosa. Convertirá el odio en ternura, la rabia en cariño, el horror en belleza y la enfermedad en bendición. Porque habrá valido más la pena perderla habiendo podido recuperarla, que seguir teniéndola rodeada de rencor. Una nueva versión de los dos renacerá para sanar las heridas del pasado, comprender y perdonar, pero a veces lo más difícil es olvidar, no basta con entender, el daño está hecho.

¿Cómo puede haber tanta hermosura y tanta poesía en palabras tan rotundas, despiadadas y desagradables? ¿Cómo en tan poco se puede transmitir tanto? Sublime. 

Porque la escritura de Tibuleac se caracteriza porque la belleza podemos también encontrarla en el lado oscuro de las cosas, donde lo épico es lirismo y convierten la escritura en algo único.

Como se comentó en la sesión del club, para tratarse de una primera novela está bastante bien. Probablemente consigue llegar hasta nosotros gracias a la belleza de las vivencias mostradas a través de las imágenes tan cotidianas y también tan originales, a la exaltación de la locura que nos permea a través de un sentimiento poderoso.

Lo que me parece más maravilloso de este relato es la cantidad de imágenes de que está lleno y estas, no solamente corresponden a un lenguaje figurado, como en el caso de cada uno de los versos que conforman la introducción de los capítulos referentes a los ojos de la madre, sino que cada imagen es una experiencia, vivida por ellos dos, únicamente por ellos dos, dos locos.


El tema principal

El tema principal es la dualidad  del amor y el odio, la separación y la unión, la evolución del odio al amor y al recuerdo entre una madre y un hijo y, en definitiva la propia vida. 

Porque tiene mucho de canto a la vida que una persona que sabe que tiene los días contados sepa sacar tanto provecho de cada minuto y de cada objeto que se le ponga delante, que hace que la muerte unida a un amor inmenso a momentos de la vida y las cicatrices del recuerdo, sean uno de los subtemas principales.

Este tema principal está llevado por remas que chocan un poco con el punto de vista tradicional y constituyen la originalidad de esta obra.


Estructura de la novela

La novela comienza in media-res. La autora va jugando con los tiempos pasados y las vivencias presentes del verano, verano en que su madre tuvo los ojos verdes y están tan imbricados los tiempos de la historia que tenemos que pasar algunas páginas para situarnos, a veces, en algún momento, aunque es un recurso del que no se abusa, sirviendo para romper la monotonía de una historia lineal.

Gradual y progresivamente, vamos entrando, con un lenguaje lírico, lleno de experiencias y pensamientos, en una realidad poco normal, donde lo evidente es nombrado, dejando en el lector sugerencias que se entienden dentro de las elipsis, que siguen a algo que no está del dicho del todo claro :en ningún momento se explica que su padre no es su padre, pero se nombra a Pavel y se dice que su hermana no es su hermana, nunca se nos dice cómo empieza a pintar, los puntos claves de su vida se dibujan con unas pinceladas que el lector tiene que asimilar:

Página 115: le pregunté por qué ella y Mika tenían los ojos  verdes y yo azules.

La novela está estructurada en capítulos muy cortos, introducidos por una frase llena del lirismo poético que viene resumir varios capítulos que componen una experiencia juntos, principalmente en presente. Esas frases componen un esquema de lo que va a suceder, que es una de sus locas experiencias cotidianas y extraordinarias, vistas por el protagonista a través de los ojos de su madre, dada la originalidad del pensamiento del protagonista, (locuras):

Los ojos de mi madre eran un despropósito. 

Los ojos de mi madre eran los restos de una madre guapa. 

Los ojos de mi madre lloraban hacia dentro.

Los ojos de mi madre eran el deseo de una ciega cumplido por el sol.

Los ojos de mi madre eran campos de tallos rotos.

Los ojos de mi madre eran historias no contadas.

Los ojos de mi madre eran las ventanas de un submarino de Esmeralda. 

Los ojos de mi madre eran conchas despuntadas en los árboles. 

Los ojos de mi madre era cicatrices en el rostro del verano. 

Los ojos de mi madre era un brotes a la espera.


Los puntos de giro corresponden a los grandes descubrimientos: La madre tiene cáncer, el protagonista es consciente de que quiere a su madre y lo verbaliza, el protagonista se siente ligado a su madre y no quiere que muera.


El lenguaje: subrayo las siguientes frases:

Es curioso como todo el sentimiento del hijo de Aleksy, se va verbalizando a lo largo de la novela como un poema largo en torno a los ojos de su madre, a partir del capítulo 26 encontramos el primer punto de giro donde el protagonista descubre la belleza a través del cáncer maligno de su madre: 

Mi madre me llevó al campo de girasoles para anunciarme que se estaba muriendo. “Tengo cáncer Aleksy, un cáncer maligno y rabioso”, me dijo, y el día empezó a coagularse en ese mismo segundo. 

Su sonrisa de tallos rotos.

El verde escurrido de sus ojos. 

Su blanco de nimbo herido.


Hemos tenido que esperar hasta el capítulo 26 para conocer uno de los principales motivos de la relación especial de este verano. Aquí se cogen de la mano por primera vez y se comporta como un hijo que cuida a la madre que lo va descuidado durante toda su vida.

La encontré flotando en la bañera de cobre, blanca y ligera, con el cabello, cubriendo su rostro como unas algas transparentes. Como si fueran la llave hacia un mundo encantado que yo quería hacer vivir.

La novela lo mismo describe un campo de girasoles directamente relacionados con el sentimiento de las flores, que el amaestramiento de unos caracoles, que lo salvan de la tristeza y llenan de vida el capítulo, que un mercadillo: El mercadillo de antigüedades era como si hubiera tropezado y se le hubiera vaciado la bolsa.

O los los días sucedidos en la playa cuando su madre se ponía de cara al viento, abría los brazos y corrían círculos con los ojos entornados hasta que se cansaba, y a su paso, quedaban dos líneas de huellas como unas manos de niño vueltas hacia  arriba.

También me parece genial el pasaje en que la madre juega tumbada en la hierba, mirando hacia el cielo con las estrellas, como si fuese un ordenador, o esa otra en que se entierra en la arena de la playa.

La novela está plagada de ideas y experiencias geniales, solo es necesario leerla para descubrir ese lenguaje brillante y ágil.

Otra de las preguntas importantes que tuvo lugar en la sesión del club fue

Parece inverosímil que un hijo con esas características sea capaz de cambiar de forma radical, lo que se puede responder con que esta historia es un canto a la esperanza y de que cualquier cosa por inverosímil que parezca podría tener solución por medio de una imaginación desbordante.

A mí personalmente lo que más me ha gustado es la sencillez, lejana a la megalomanía, la imaginación y la lucha por conquistar la vida y la esperanza en las cosas pequeñas.


La literatura en Rumanía. Escritores rumanos 

https://es.wikipedia.org/wiki/Literatura_de_Rumania

Hasta 2009, año en el que se concede el premio Nobel a Herta Müller, la literatura rumana era prácticamente desconocida entre nosotros. Esta extraordinaria escritora pertenece a la minoría de lengua alemana, y su obra está muy ligada al periodo comunista.

Aunque algunos nombres sí nos resultan familiares (quizás, porque publicaron en el exilio y en lenguas más mayoritarias que el rumano), como Eugène Ionesco, Emil Cioran, Mircea Eliade, el dadaísta Tristan Tzara, y poco más. Actualmente, sin embargo, las letras rumanas están muy bien representadas en los catálogos de las editoriales españolas y ayudó, sin duda, que Rumania fuese el país invitado en Líber 2011. Destacamos a  Mircea Cartarescu, Mihail Sebastian, Ana Blandiana y Varujan Vosganian.

La literatura rumana muy joven, se inicia a finales del siglo XIX coincidiendo con la creación de Rumania como país y, como hemos señalado, muy marcada por su convulsa historia: las dos guerras mundiales, su larga etapa comunista y el periodo postcomunista.

Hay otros muchos autores que no aparecen en la lista de autores rumanos.

La influencia de la cultura griega se desarrolló en la literatura rumana.

Escritores moldavos:

  • Moisés Isaakovich Kantor
  • Ira Yan
  • Leonida Lari, 
  • Constantin Virgil Gheorghiu
  • Dumitru Matcovschi
  • Alexei Mateevici
  • Adrian Păunescu
  • Nicu Popescu
  • Tatiana Țîbuleac
  • Grigore Ureche
  • Silvia Ursache-Brega
  • Grigore Vieru

 

Generación de Tatiana Tibileac

Los medios de difusión literarios y los conceptos clásicos de la narrativa han evolucionado en los últimos años y la novela pasó a competir directamente con el resto de productos culturales y de entretenimiento, hay mucha más apertura a la literatura internacional, contemporánea y vivimos el paso fronterizo de intercambio de géneros literarios, donde la poesía permea en la prosa y viceversa.

Podemos, por tanto estar ante unas tendencias casi totalmente libre, sin trabas y sin censuras, encajadas en los nuevos cánones de la tolerancia, de la diversidad.

Estamos asistiendo a tendencias que dan cabida a temáticas tradicionalmente silenciadas en el ámbito del amor, del sexo, de la guerra, de la marginación y de la moral que buscan la implicación personal del lector contemporáneo. Los autores se adentran en temas poco transitados, demostrando conocimiento del tema no como una muestra de pedantería, sino como parte fundamental de la historia/ vida, como reflejo de la sociedad que vivimos.

La novela se olvida de la tradición y busca nuevas maneras de conectar con el lector, fabulando nuevos mundos a su antojo (no necesariamente verosímiles) con un aire desenfadado y entendiendo que el lector tiene ahora un papel diferente y mucho más activo a la hora de leer.

No olvidemos que hay toda la generación de mujeres actuales provenientes, principalmente, de Sudamérica, por ejemplo Mónica, Ojeda, Karina, Sainz, de Burgo, Mariana Enríquez, y un largo, etc. Que hacen de la literatura una escritura descarnada ( reflejo de la actualidad que nos ha tocado vivir), deseando abrirnos los ojos a mundos diferentes, no por ello inexistentes.

 

 





sábado, 18 de mayo de 2024

El ala izquierda. Cegador I

 

El ala izquierda. Cegador I (Mircea Cartarescu) 


Comentario complemento de la sesión del Club de lectura del 17 de mayo de 2024.


Por Andrés Hueso Iranzo


Algo sobre el autor.

Nace en Rumanía el 1-6-1956 (67 años). Tesis de licenciatura sobre Mihai Eminescu (Eminovici) —poeta del romanticismo tardío— y Doctoral sobre posmodernismo rumano (Ver Nota 1)

Premio de la Unión de escritores rumanos (1980, 90 y 94) Academia rumana (1989) La tormenta en un vaso (2013 con Nostalgia). Premio europeo de literatura (Viena 2015). Premio Leteo (León 2017 por toda su obra). Premio Thomas Mann de Literatura y Premio Formentor 2018 —Le precedieron en este premio Alberto Manguel, Roberto Calasso, Ricardo Piglia, Enrique Vilá-Matas, Javier Marías, Juan Goytisolo, Carlos Fuentes 2011—. Discurso El lápiz del carpintero (abrir enlace)

Autor invitado en la Feria del libro de Madrid de 2018. Recomiendo la lectura de su conferencia inaugural La utopía de la lectura (abrir enlace)

En 2022 recibió el Premio FIL (Feria Internacional del Libro en Guadalajara México) de Literatura en Lenguas Romances 2022, «por su prosa imaginativa y deslumbrante»

Recepción de la obra de Cartarescu en España
Es preciso recordar estos hitos históricos: caída del Muro de Berlín el 9-10-1989, del régimen comunista en Rumanía el 16-12-1989 (Ceaucescu fusilado el 25-12-1989) y en Albania (la de Ismail Kadaré) en diciembre de 1990.

Título / Año de publicación en Rumanía  / + años desde la caída del régimen / edad del autor / Publicación en España / Orden de publicación en España: 

Nostalgia: (El ruletista. El mendébil. Los gemelos. REM. El arquitecto) 1993 + 3 / 37 / 2010 / 1º
Lulu: 1994 + 4 / 38 / 2011 / 2º
Cegador I: 1996 + 6 / 40  / 2018/ 6º
Cegador II: 2002 + 12 / 46 / 2020 / 7º
Cegador III: 2007 + 17 / 51 / 2022 / 8º
Las bellas extranjeras: 2010 + 20 / 54 / 2013 / 3º
Los ojos castaños de nuestro amor : 2012 + 22 / 56 / 2016 / 4º
Solenoide: 2015 + 25/ 59 / 2017 / 5º

Por tanto, cuando en 2017 se publicó Solenoide (800 páginas) en España, fue presentado y recibido como la gran obra maestra de Cartarescu, pero la crítica y el público, ignoraban la existencia de la trilogía  Cegador (1.500 páginas) que la precedía en un intervalo que va desde 19 hasta 8 años de antelación y que, evidentemente, ha obligado a crítica, mundo académico y público a revisar las opiniones construidas en 2017.

¿Y qué dice Cartarescu sobre sí mismo? Aquí dejo el enlace a una selección de declaraciones suyas y una síntesis de una entrevista realizada por su traductora Marian Ochoa de Eribe. Cartarescu dixit (abrir enlace)

Tengo que señalar que el comentario que sigue, lo preparé tras la lectura (en realidad fueron tres lecturas) de El ala izquierda, y antes de la lectura posterior de Solenoide —que tenía a medias, hace un par de años y reinicié desde el principio— la del volumen de relatos Nostalgia —de los que recomiendo vivamente El ruletista y REM— y las dos partes siguientes de la trilogía. Lo que quiero decir es que lo que aquí voy a comentar no está contaminado por la lectura de esas otras obras y se refiere exclusivamente a El ala izquierda.

Bueno, empezamos.

«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho.»
Juan. 1:1-3

Puesto que Cartarescu inicia cada uno de los tres volúmenes con citas de una encíclica de Pablo a Corintios, me parece oportuno iniciar este comentario recordando el inicio del Evangelio de Juan.

En la cita de Pablo, aludida tres veces en el texto de Cegador I: «per specuculum in aenigmate», se expresa la esperanza, la fe, en alcanzar el Conocimiento del Hacedor y de todo lo por Él hecho; en la de Juan se declara el valor de la palabra como potencia del Hacedor, todo lo hecho por Él, lo ha sido mediante Su palabra.

En realidad, todo lo que acontece en cualquier novela es la obra de creación de su autor; mas, en el caso de Cegador I, entiendo que hay una importante “vuelta de tuerca” a la idea de autor creador. Intentaré explicar esto más adelante.

Primera consideración

Como primera consideración tengo que decir que no cabe dar una interpretación o valoración “normalizada” de este texto, ya que sabemos que es la primera parte de una trilogía. Por tanto lo que hemos leído en Cegador I, es un fragmento de un todo aún desconocido. Cuando llegamos al final del volumen, desconocemos —dada la inmensa variedad de enfoques a la que nos hemos enfrentado— los caminos que el autor vaya a ofrecernos en las dos siguientes partes. Aunque quizá sí podamos espe-rar que su narración va a seguir siendo moviéndose entre los límites imprecisos entre la realidad, lo onírico, lo surrealista y lo místico.

Lo que sí sabemos es que casi todos los asuntos quedan enunciados, pero no cerrados.

El propio autor ha dicho que, en la metáfora de presentarla como el cuerpo de una mariposa, El ala izquierda está dedicada a su madre, El cuerpo a él mismo, y El ala derecha a su padre. No obstante, una observación más detenida nos descubre que en la primera parte solo la madre está presente de verdad en un apartado (8º), en la segunda parte en cinco (1º a 4º y 6º) y en la tercera en 2 (3º y 8º).

El libro está dividido en 3 partes y con apartados en cada una de ellas (11, 6 y 8), unas veces de continuación del contenido —o acción— otras veces con marcada discontinuidad: de asunto, de tiempo narrativo, … En realidad, entiendo que la división en partes no ofrece significación alguna y que daría igual que no se diera dicha separación.

Tampoco hay una respuesta sencilla a la pregunta ¿de qué va esta obra? Puede que no haya tal respuesta; y que tampoco la pregunta sea la adecuada.

En principio, creo que este libro requiere leerse por el placer de leer, haciendo una lectura no convencional, haciendo pausas para digerir lo leído o simplemente descansar y dejar de sentirse abrumado. Pero, también y como es patrimonio de los buenos libros, puede abrirse por cualquier página y al momento lo escrito te atrapa y envuelve, sea el que sea el asunto que ahí se esté abordando.

Voy a intentar concretar.

Como si fuera algo así como un “manual de instrucciones de uso” de Cegador I o algo parecido a cómo encontrar en una madeja revuelta, cuál es el auténtico hilo de Ariadna que nos permita salir del Laberinto; teniendo en cuenta que puede ser que haya varios, y ninguno nos saque de él.

1.- El proceso de la Creación del Autor

El proceso de la creación del autor recorre la narración de principio a fin en Cegador I. Aparece unas veces mediante breves inserciones o referencias y otras como verdaderos capítulos o relatos añadidos, sin precedente ni continuidad con los textos contiguos, y luego desaparece hasta la siguiente aparición. 

Cartarescu recupera aquí lo maravilloso que subyace en el mito clásico, lo recrea, rehace y nos enfrenta ante el pasmo de la contemplación de su nacimiento. 

Se inicia en I-6 (parte 1º apartado 6º) con la narración mítica fundacional de la estirpe de su madre. Revisitación de la lucha de la Luz contra las de la Oscuridad. La migración de los Badislav. El sacrificio ritual del paso del Danubio, donde genera el linaje del autor: Vasily —que entrega su sombra en un sacrificio ritual— y es el abuelo de su abuelo materno Babuc. La reconstrucción milagrosa de la iglesia en Tántava.

Anca que lo llama en sueños y sabe que un día Mircea la oirá y aparecerá y Herman que realiza el tatuaje —que es como una especie de Aleph— en su cabeza rapada y en el que Mircea se reconoce y experimenta una Epifanía. De este modo Herman y Anca son figuras proféticas.

En I-10 el escritor se auto crea en personaje —es un salto en el tiempo narrativo, pues el autor aún no ha sido concebido, según este hilo—.

En II-4 se hace referencia a la noble estirpe de Costel (que él mismo ignora), que procede de un famoso poeta polaco (Witold Csartarowsky), cuyo nombre solo se conoceremos en la escena final del libro.

La prodigiosa escena epifánica del ascensor en II-6, que es como una Anunciación «Eres María». Significa el Reconocimiento «… bendita entre todas las mujeres…» de la que será el Origen del Creador-Autor.

La intervención también epifánica de un tercer profeta, el masajista ciego «Eres Mircea» (en III-5) como «el Enviado que estando allí, está también aquí»

Hay otro Alpeh más místico en las uñas de Cecilia en la escena final.

Y ya en las 40 alucinantes páginas finales III-8, en la que se consuma la Encarnación en María, entendida esta como la materialización de la elección de la Elegida para ser la madre de Mircea. En el muy oscuro discurso —sobre dioses, religiones, etc.— del Al-bino nos dice: «Vamos a inventar al que nos inventará».

Retorciendo espacio-temporalmente este hilo, el narrador-creador se asoma a su obra, en el acto mismo de la creación: En I-10 (página 101) Se auto crea en personaje. Anca ha cumplido su papel de Emisaria y ha entregado el mensaje. La silla en la que se sienta Mircea sólo ha sido construida para ese momento, no tiene pasado como árbol. En II-6, alrededor de la escena del ascensor (páginas: 227, 228, 232, 233, 237, 238, 249, 251 y 252) —la referencia a las páginas se refiere a la edición en papel—.

Finalmente, los Conocedores, pueden identificarse como la masa de criaturas que, cual sibilas u oráculos, reconocen al dios creador que los escribirá y actúan en todos los ámbitos —por eso se los nombra como secta— para que ese milagro llegue a producirse.

Claro que todo esto solo es una de las interpretaciones posibles, de una parte del texto; muy original, muy meta literario, muy sugerente, muy bello incluso. Pero podrían ser solo sueños de la madre contados a Mircisor en algún momento, mezclados con los suyos propios o sus alucinaciones suyas, o… 

En todo caso, el desarrollo ordenado —dentro de su desorden espacio temporal— de este proceso a lo largo de todo el texto, entiendo que es la columna vertebral del libro.

2.- Interrogación existencial

El autor se hace una continua interrogación existencial, sobre la vida, por qué es cómo es, sobre el acto creador, …

Hace una ambiciosa y profunda reflexión sobre la condición humana con una gran profundidad filosófica. 
Una invitación a cuestionar nuestras propias certezas y a adentrarnos en las profundidades del ser.

Plantea el extrañamiento de uno mismo, buscando algo de luz en zonas de permanente oscuridad. Una exploración de la infancia. La relación Madre-niñez configura también un proceso de creación.

En ese misterio de la creación —ora humana, ora literaria—, algunos personajes —María, Costel, …— tienen momentos en los que sienten que son criaturas —pensadas, imaginadas, creadas— por Alguien superior y el propio Mircea se asoma a su propia obra en esos momentos, se manifiesta ante su creación, aunque no se muestra ante sus criaturas.

La madre, motor primigenio y también enigma, se identifica con la tarea creativa del escritor que en Cegador I tiene un doble nacimiento: desde el interior de su madre y desde sus propios personajes.

El acceso al Conocimiento, por medio del sueño, la imaginación, la alucinación, es un proceso siempre destructor —podemos recordar, por ejemplo, el mito de Sémele [madre de Dionisos] y Zeus— que es destruida cuando el dios se le muestra en toda su gloria divina. Anca, tras su encuentro con Mircea, sabe que ha cumplido su papel y no volverá a aparecer. 

Cartarescu dice que en su «sueño esencial» lo que se le manifiesta es que la «revelación es posible», sea lo que sea esa Revelación. Pero ¿cómo acceder a ella? ¿Por qué camino o puerta? ¿Con qué rito? ¿Será en esta vida o dimensión, o…?

Esta idea de que el acceso al conocimiento es un proceso cegador —que está presente también en el episodio del masajista ciego cuando narra cómo fue cegado—, me recordó un pasaje de la novela de Jan Potoçky El manuscrito encontrado en Zaragoza —otro libro que recomiendo— (Ver Nota 2).
 
3.- Aspectos estilísticos

El ala izquierda constituye un gran canto, un gran poema, al estilo y salvando las distancias de La Eneida o La Divina Comedia —a veces de poesía dura y oscura—. En el que se suceden episodios que tienen su origen en recuerdos, ensoñaciones —«recuerdo, es decir invento» dice el propio Mircea— de la que quizá surja la sospecha o la idea de la autoficción, aunque yo personalmente creo que la inmensa mayoría es mera ficción.

Y estos episodios se pueden agrupar estilísticamente en historias de tipo popular o costumbristas o realistas —sobre todo en la parte II—; presunta autoficción —la mayoría de la parte III—; aproximaciones al realismo mágico —visión de María del interior de la máquina de coser, entierro de Catana, pesadilla de Ionel, el espectáculo de la feria— aparte de las narraciones fantásticas relacionadas con su creación; ensayos eruditos de una extraordinaria altura y detalle —sobre la simetría biológica, fisiología del mecanismo auditivo, técnicas de exploración psicológica, entomología, neurología, poesía y novela—.

Una capacidad arrebatada ¿excesiva? de escritura en estado de trance, ¿escritura patológica?, que puede conducir al lector a un estado hipnótico. Magistral utilización del lenguaje, El ala izquierda es la obra de un gran lingüista. 

La conjunción de sueño, ficción y literatura construyen la verdadera realidad donde los personajes viven siempre que su mundo es leído.

Nos ofrece un estilo refinado, lírico, de una prosa densa al tiempo que minuciosa, exuberante, barroca, alucinante, inimitable, inalcanzable. «Este libro ilegible, este libro».

Desarrolla un continuo de literatura, espacio y tiempo; una galaxia literaria de realidad-alucinación-sueño-mito y construye un inmenso retablo de elementos seudo-autobiográficos e históricos, mezclados con relatos de marcado carácter onírico, que crean espacios y mundos a los que el lector es transportado, deslumbrado, cegado …

Quedan evocadas en la la mente las pinturas de El Bosco. Pero aún hay más: en el episodio que se desarrolla en Nueva Orleans, el personaje Monsieur Monsú, tiene un cuadro en su local firmado por “Desiderio Monsú” que es una representación fantástica de palacios, estatuas, … La descripción de ese cuadro y las otras descripciones de escenarios desbordantemente fantásticos, tienen un modelo en obras pictóricas del siglo XVII que en su momento se atribuyeron a un nombre ficticio: Monsú Desiderio, tras el cual se ocultaban dos artistas François de Nomé y Didier Barra, parece que amantes y pintores activos en Nápoles.

En la Nota 3 dejo un enlace para que podáis asomaros a la obra de estos artistas.

Esa descripción tan exuberante de la que hace gala Cartarescu, también me ha recordado, por contraposición, cómo en el libro La escala de Mahoma, (ver Nota 4) para describir la contemplación del Paraíso, el autor solo es capaz de recurrir a expresiones simples de este tipo «Todo era tan sumamente bello de admirar que nadie lo podría describir…» «… era tan profundo que nadie podría describirlo…» 

Tratándose de una presunta revelación divina, él ¿Mahoma? tiene más interés en ocultar las presuntas maravillas contempladas a los ojos del lector y que queden simplemente anunciadas como promesa, que en esforzarse en expresarlas de alguna forma. Sin embargo, Cartarescu describe hasta la extenuación sus escenarios míticos, fantásticos, oníricos, imaginados, recordados, inventados, … en definitiva CREADOS.

Aparecen también en la narración frecuentes elementos gore. Aborda ambientes sórdidos —externos e internos—, lugares angustiosos, sótanos de pasillos interminables. Multitud de enfermos deformes: tumores, enanos, jorobados; el propio Mircea padece una hemiplejia que le deforma el rostro.

Los personajes son instrumentales, herramientas de la narración, la sirven, no la sostienen con su desarrollo, porque no lo tienen como tales personajes novelescos. Anca es un ejemplo de ello.

La mariposa, multiforme, omnipresente en todos los momentos críticos de la narración, como enlace extra temporal entre ellos. Unas veces como elemento narrativo, otras como metáfora y, a veces, ambas cosas. He encontrado un total de 35 referencias a las mariposas, de las que 24 serían elementos narrativos —enlaces— y 11 utilizadas como metáforas.

Y en referencia a ecos literarios de otros autores: Borges —lo nombrado a los Alpeh—, Proust —la contemplación con aires nostálgicos de Bucarest desde su ventana, la descripción casi microscópica de un pedazo de tapiz, ….—, Kafka —en lo surreal—, Jan Potoçcy —la capacidad de construir historias dentro de otras historias—, Ismail Kadaré —en sus ambientes opresivos— y Bruno Schulz —en la imaginación desbordada que comparte con sus relatos como El despertar de la primavera, Tratado de los maniquíes, Las tiendas de canela fina, El sanatorio de la clepsidra o La calle de los cocodrilos—.

4.- Bucarest como alter ego—personaje

Todo el libro es un canto elegíaco arrebatado a Bucarest. La ciudad es elevada a la categoría de personaje, alter ego del narrador, que influye en el tono y el fondo narrativo. Hay muchos Bucarest, desde el maravilloso de los atardeceres de fuego cuando se encienden las luces de la ciudad, al sepultado por la nieve en inviernos espantosos, al ceniciento, triste y feo y al de los edificios cuyas estatuas, gárgolas, atlantes, etc., parecen cobrar vida o descomponerse hasta convertirse en polvo.

5.- Lo que el pasado representa para Cartarescu.

Las cuatro instancias de relación con el pasado son: los sueños, la imaginación, los recuerdos y los objetos —ya sean materiales, ya inmateriales, como los hechos—. «Recuerdo, luego invento» escribe Cartarescu con lo que parece poner de manifiesto la imposibilidad de distinguirlos en su construcción literaria.

«El pasado lo es todo, el futuro no es nada, no existe otro sentido del tiempo»

«Pues no describes el pasado al escribir sobre asuntos antiguos, sino al escribir sobre el aire brumoso que hay entre ellos y tú. Sobre la forma en que mi cerebro actual en-vuelve mis cerebros dentro de unos cráneos cada vez más pequeños, de hueso y car-tílagos y membranas. Sobre la tensión y la falta de entendimiento entre mi mente de ahora y la de hace un instante y la de hace diez años …»

6.- Referencia a campos semánticos

Por mera curiosidad he contado las veces que en el texto aparecen ciertas palabras que puedan agruparse en una misma idea. Evidentemente las que más apareces son las referidas a los insectos y no es la mariposa la que es más nombrada, sino la araña.

246 Sarcopto, Insecto Larva Gusano Araña (91) Mariposa (78) Libélula Oruga
94 Cerebro
68 Espacio
66 Recuerdo-recordar
58 Ciego-ceguera
47 Memoria
35 Cegador
33 Dolor


Notas:

1.- Postmodernismo rumano
“Generación de los 80” (caída del régimen de Ceaucescu 25-12-89)
Acompasar la literatura rumana con la del momento y enlazarla también con la de la generación de los vanguardistas anteriores a la II Guerra M. —Tristan Tzara, Urmuz, Eugene Ionesco—.
Neovanguardismo y Onirismo —iniciado en los 60— entendidos y utilizados como modelo compositivo y no como simple proveedor de imágenes. El onirismo fue perseguido por el régimen comunista por expresarse en un lenguaje que escapaba al control ideológico. El sueño no es una huida de la realidad, es una parte de la realidad trenzada de forma inseparable con todo lo demás.
Una apuesta extrema en la que la realidad decide convertirse en ficción.

2.- De El manuscrito encontrado en Zaragoza. 
Un judío cabalista cuenta acerca de su iniciación en los textos sagrados: «Cuando cumplí dieciséis años, mi padre comenzó a iniciarnos en los misterios de la Cábala. Primero nos puso en las manos el Sepher Zohar o libro luminoso, llamado así porque nada en él se comprende, de tal modo su claridad deslumbra los ojos del entendimiento … »

3.- Los paisajes fantásticos de Monsú Desiderio

Este nombre que se le dio anteriormente a un artista que se cree que pintó escenas arquitectónicas con un estilo distintivo en Nápoles a principios del siglo XVII. El término monsù, una corrupción del Monsieur francés, fue utilizado a menudo por los historiado-res napolitanos para denotar a un pintor de origen extranjero. 
A mediados del siglo XX, los historiadores del arte identificaron las obras previamente atribuidas a "Desiderio" como de al menos tres pintores diferentes: François de Nomé (1593-1630) y Didier Barra, ambos originarios de Metz, y un tercer artista, cuyo nombre es desconocido. 


4.- La escala de Mahoma
Abraham de Toledo —uno de los 5 traductores judíos del círculo de Alfonso X el Sabio, vierte al castellano el viaje de Mahoma a Jerusalén y su posterior ascenso a los cielos y descenso a los infiernos, acompañado del arcángel San Gabriel, a lomos del fantástico caballo Alborak —un caballo blanco con cabeza humana—. Parece que inspiró a Dante para su Divina Comedia—. Buenaventura de Siena fue el autor de la versión latina de aquella traducción, de la que no se ha conservado ningún manuscrito.
















lunes, 26 de febrero de 2024

El palacio de los sueños

 

El palacio de los sueños (Ismaíl Kadaré) 


Comentario complemento de la sesión del Club de lectura del 23 de febrero de 2024.


Por Carmen Sánchez Valdivia


ISMAIL KADARE. Nacido en Gjirokastra  (Albania) en 1936 es probablemente el intelectual más importante de Albania. y uno de los más activos en Europa; defendió la intervención de la OTAN en la guerra de Kosovo para detener a los serbios y su compromiso desempeñó un destacado papel en el esclarecimiento internacional del drama de los albaneses de Kosovo. Está casado y es padre de una bióloga e investigadora, Gressa. 

Su familia, de modestos funcionarios, era musulmana laica, de la secta heterodoxa y liberal de los bektashi. Su padre Halit Kadare, un empleado de la oficina de correos, fue muy conservador, pero sus tíos, muy cultos y poseedores de una gran biblioteca, se adhirieron al comunismo; vivió de niño la Segunda Guerra Mundial, en la que su ciudad natal fue sucesivamente ocupada por italianos, griegos, fuerzas reaccionarias albanesas y los nazis alemanes. Finalmente fue liberada por los partisanos albaneses. Asistió a escuelas primarias y secundarias de su ciudad natal y siguió Lenguas y Literatura en la Facultad de Historia y Filología de la Universidad de Tirana, donde recibió en 1956 un diploma de maestro. Estos acontecimientos han sido narrados —o ha aludido— en varias de sus obras. Estudió también en la Facultad de Historia y Filología de su alma máter y en el Instituto de Literatura Maksim Gorki de Moscú, hasta 1960. 

Ese mismo año, tras la ruptura de relaciones entre Albania y la Unión Soviética, regresó a su país donde ejerció el periodismo en diversos diarios y en suplementos culturales; fue editor en jefe del periódico en lengua francesa Les Lettres Albanaises.

En esa época publicó sus primeras poesías pero fue con su primera novela, El general del ejército muerto, publicada en 1963, con 27 años, como consiguió reconocimiento dentro y fuera de su país como uno de los escritores de mayor talento. Desde entonces ha publicado regularmente numerosos títulos que lo han convertido en uno de los escritores europeos más importantes del siglo xx. Entre estos destacan El Palacio de los Sueños, Abril quebrado, El monstruo o Los tambores de la lluvia. Su obra ha sido traducida a más de 45 idiomas.

En 1981 publicó El palacio de los sueños, una novela anti totalitaria escrita y publicada en el corazón de un país totalitario.  La novela fue prohibida.

En 1990, Kadaré solicitó asilo en Francia, afirmando que «las dictaduras y la literatura auténtica son incompatibles... Un escritor es el enemigo natural de una dictadura». Kadaré regresó a su patria en 1999.

Candidato varias veces al Premio Nobel, Kadaré recibió en 2005 el premio Booker Internacional. En 1992 fue uno de los finalistas para el Grinzane Cavour, uno de los más prestigiosos en Italia, con su obra Crónica de piedra. En mayo de 1996 fue elegido miembro asociado extranjero de la Academia de las Ciencias Morales y Políticas de París, donde ocupó el sillón de Karl Popper. Es miembro de la Academia de las Artes de Berlín y de la Legión de Honor. En 2009 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras  y en 2015, el Jerusalén. 

EL PALACIO DE LOS SUEÑOS; 1981
Mark Alem, pertenece a la familia de los Qyprilli, influyente familia de procedencia albanesa y promotora de importantes reformas en el seno del  ficticio Imperio Otomano, que alberga 40 países. Un día va a solicitar trabajo al Tabir Saray (Palacio de los sueños) y se lo conceden. Y en poco tiempo comienza a subir escalones, pero mientras más cosas descubre más se hunde en el desasosiego, que le producen tanto el organismo como sus dirigentes. 

El Palacio, es un inquietante organismo estatal al que cada ciudadano está obligado a enviar por escrito un informe de lo soñado durante la noche. Para después, ser analizados y clasificados en busca de señales de rebelión o disidencia, y dónde cada semana se elige un sueño con mayúsculas, El sueño maestro, que influirá en las decisiones del Sultán. 

A través de la historia de Mark-Alem, Kadaré nos sumerge en un mundo opresivo que nos muestra los extremos a los que puede llegar el poder absoluto. Una alegoría Kafkiana, una profunda crítica dónde el autor denuncia a los estados  totalitarios, especialmente al régimen burocrático y autoritario albanés, transmitiendo hasta qué punto el gobierno tenía al país sometido y sumido en la desesperanza. 

Durante toda la novela la sensación de agobio y desasosiego es palpable. El misterioso y laberíntico complejo administrativo, alejado de toda luz natural y de todo contacto con el mundo, producen al lector angustia y desorientación durante toda la novela. Kadaré retrata así a una clase funcionaria que cumple órdenes sin saber por qué y lo que es peor, sin saber si sus esfuerzos servirán para algo.