Etiqueta Carrusel

Etiqueta Carrusel

CARRUSEL 2023-24

jueves, 25 de febrero de 2021

Tombuctú

 Sesión virtual del Club de Lectura abierta el 25 de febrero de 2021,

por confinamiento debido al COVID-19


Obra: Tombuctú
Autor: Paul Auster
Presenta: Manolo Mellado


Paul Auster nació en 1947 en New Jersey y estudió en la Universidad de Columbia. Tras un breve periodo como marino en un petrolero vivió tres años en Francia, donde trabajó como traductor– "negro" literario de otros escritores–, y cuidador de una finca; desde 1974 reside en Nueva York. Fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006 por su carrera literaria. Paul Auster es considerado uno de los mayores innovadores de la narrativa norteamericana del siglo XX, al nivel de William Faulkner, Ernest Hemingway y Henry Miller.

En sus obras, el azar, el sino, el destino, siempre está a prueba. Es verdad que el azar siempre mueve nuestras vidas, pero él lo explicita, hace de ello el conductor de sus tramas. Persigue en lo cotidiano bifurcaciones surgidas de acontecimientos aparentemente anodinos (como en La Música del Azar o Leviatán). El estilo se muestra sencillo, con diálogos frescos, naturales, pero esconde una compleja arquitectura narrativa, andamiaje de digresiones, de múltiples historias dentro de la historia. Te ves atrapado en el laberinto de personajes para apropiarnos de otras existencias ajenas o disfrutar perversamente de su condición lamentable o fatídica, ofrece varios finales posibles, saltando entre historias menores o anécdotas sin explicar el porqué.

Mete una historia dentro de otra, como en las Ruinas Circulares de Borges (1) o cuando un escritor escribe sobre otro escritor que escribe una novela al estilo de Cervantes. Se suele decir que sus novelas son de personajes corrientes sometidos a circunstancias excepcionales, pero como se lee en algún sitio, estos personajes no son tan simples, sino que como los Cervantes suelen apostarlo todo en aras de sus ideales. Realmente toma personajes corrientes, del montón, para convertirlos en seres complejos y excepcionales.

Alguien ha definido a Paul Auster como existencialista determinista (2). Parece un oxímoron, una contradicción, pero con Paul Auster las dos ideas se complementan. Parece como si todo estuviera determinado y el azar nos vaya llevando a ese destino inexorable, pero, realmente, ese destino está sujeto a las decisiones que se toman, es decir, que la existencia la definimos nosotros con nuestros actos y decisiones. Aunque, claro, también se podría alegar, como dice la Biblia, que tenemos libertad para decidir pero Dios ciega a quien quiere perder.
Gran parte de las historias trascurren en castillos, monasterios medievales, caserones... En sentido estricto, el terror gótico (3) fue una moda literaria, de origen fundamentalmente anglosajón, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo. Fue el preludio de novelas románticas de vampiros y otras como Frankestein, etc. Normalmente hay un malvado y una inocente muchacha en apuros. Novela gótica al estilo de Kafka, donde se refiere a que la especie de terror se desarrolla en castillos, aunque este terror no sea el de vampiros, muertos, etc, sino un terror más psicológico.

OBRAS

La Música del Azar. Jim Nashe abandonado por su mujer, recibe una inesperada herencia de un padre que nunca conoció y que le permitirá vagabundear por América en un Saab rojo, de motel en motel, en una soledad casi completa. Tras un año de esta vida, y cuando apenas le quedan diez mil dólares de la herencia, conoce a Jack Pozzi, joven jugador profesional de póquer. Los dos hombres entablan una peculiar relación y Jim Nashe se constituye en el socio capitalista de Pozzi. Acuden a una partida con dos estrafalarios millonarios donde pierden todo y se entrampan. La solución para el pago de la deuda es trabajar en un proyecto, que se transforma en un dominio de la literatura gótica de terror, aunque este terror no sea el de vampiros, muertos, etc, sino un terror más psicológico, entre Kafka y Beckett, que los va ahogando y subyugando, en un mundo en el que no quieren estar pero del que no pueden escapar.

Leviatán es la biografía de Benjamín Sachs, también escritor, que muere al estallarle una bomba y la policía investiga a todos los personajes, sobre todo al escritor de la novela sobre Benjamín. La biografía es doble ‒biógrafo frente a biografiado‒ como alguien frente a un espejo que le devuelve la imagen de otro, proyectada al infinito y denuncia el poder imperial.
Leviatán es un ineludible, azaroso, laberíntico encadenamiento de circunstancias. Una ficción sobre dos escritores, dos concepciones de la literatura.
La novela está llena de historias dentro de historias, encadenadas por un argumento que es lineal sólo en apariencia, con una prosa escueta a pesar de su perfección, tensa como una cuerda de acero que une las brillantes gemas de la narración. Hay una parte narrada en tercera persona, aunque posteriormente explica la razón.
Dice algo así como: “Si no le hubiera presentado a una mujer, no hubiera conocido a la otra y Sachs estaría vivo”.

En la Trilogía de Nueva York algo sucede y después ya no se pueden parar las consecuencias, o sea: somos juguetes del destino. Entreteje la ficción con la realidad y uno de sus personajes (no el narrador) se llama como él. En Leviatán, Peter Aaron, el narrador, tiene sus mismas iniciales y conoce a una mujer (Iris) que es anagrama de su esposa Siri. En La Noche del Oráculo, otro se llama Trause (anagrama de Auster).

Ciudad de Cristal, primera novela de la trilogía, representa a un investigador que resulta ser un escritor. Al final se pasa de narrar en tercera persona a primera.
Fantasmas, segunda novela de la trilogía, ya no se pregunta quién es el culpable, sino qué es ser culpable.
La Habitación Cerrada es la tercera novela de la trilogía y narra el encuentro de un novelista con sus propios demonios, a raíz de la desaparición de un amigo de la infancia.

El País de las Últimas Cosas muestra cómo son las cosas en la ciudad: “Cada vez que crees saber la respuesta, descubres que la pregunta no tiene sentido”.

La Invención de la Soledad (Solitude) permite auscultarse a través del dinero.

El Libro de las Ilusiones descubre a unos personajes que han muerto, cuando en una anterior simplemente habían desaparecido.

El Cuaderno Rojo es una serie de casualidades de la vida del autor: “El mundo es un misterio azaroso”; se hacía novelista mientras descubría “la música del azar”.

Tombuctú recuerda al Unamuno de Niebla: Desmedidos apetitos de una época embelesada por el narcótico de la banalidad y el hedonismo. Es el mundo visto por un perro que comprende el inglés.

Experimentos con la Verdad muestra que nada es igual a partir de un rayo que alcanza a otro niño que iba delante de él en un campamento.

El Palacio de la Luna proyecta una irónica simbiosis de tres notables viajeros del pasado, como la primera novela que escribió Benjamín Sachs en Leviatán.

Un Hombre en la Obscuridad muestra un fatalismo al que intenta sobreponerse el creador de este embrollo, pues como confiesa en lo que tal vez sea la piedra angular de cuanto leemos, “Voy con cautela porque veo que la historia puede tomar un camino u otro, y todavía no he decidido el sentido que quiero darle. ¿Esperanza o desaliento? Existen ambas posibilidades, y ninguna me satisface plenamente. ¿Podemos tirar por el camino de en medio después de semejante comienzo, después de dejar estupefacto al pobre Brick y arrojarlo a los lobos? Probablemente no. Concita, entonces, pensamientos oscuros, y va al fondo de la cuestión, sigue hasta el final.” Son dos historias paralelas en que los personajes y sus acciones deambulan de una a la otra. Quizá la primera idea sobre la novela es la muerte de un hijo de David Grossman en la guerra de Palestina. Es enrevesada hasta que te das cuenta del asunto después de los dos tercios de la novela. Aquí surgen las únicas pegas que he visto: historias de personajes secundarios prescindibles y la poco creíble conversación con la nieta sobre sus relaciones con putas en sus años más jóvenes.

Notas
(1) Ruinas circulares de Borges: Su hijo no es más que un sueño suyo y él descubre en el momento de su muerte que es el sueño de otra persona.

(2) Existencialismo: Uno de sus postulados fundamentales es que en el ser humano "la existencia” precede a la “esencia” (Sartre), es decir, que no hay una naturaleza humana que determine a los individuos, sino que son sus actos los que determinan quiénes son, así como el significado de sus vidas. El existencialismo defiende que el individuo es libre y totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una “ética” de la responsabilidad individual, apartada de cualquier “sistema de creencias” externo a él. La vida real de la persona es lo que constituye lo que podría llamarse su «verdadera esencia» en lugar de estar allí atribuido a una esencia arbitraria que otros utilicen para definirla.

(3) Terror Gótico: Gran parte de las historias trascurren en castillos, monasterios medievales, caserones... En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria, de origen fundamentalmente anglosajón, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo. Fue el preludio de novelas románticas de vampiros y otras como Frankenstein, etc. Normalmente hay un malvado y una inocente muchacha en apuros.



TOMBUCTÚ. RESEÑA

Mr. Bones es un perro de raza indefinida, pero de una inteligencia muy precisa. No habla inglés, quizá porque se lo impide la forma de sus fauces, pero tantos años escuchando el incesante torrente verbal de su amo han hecho que lo comprenda a la perfección, y que pueda pensar e interpretar el mundo con una sensibilidad muy canina y una sintaxis muy humana. Porque Mr. Bones tiene siete años y ha vivido desde que era un cachorro con William Gurevitch, más conocido como Willy Christmas desde que Santa Claus le habló desde el televisor, provocando en él una auténtica experiencia mística. Willy es un vagabundo, un poeta errante, un excéntrico superviviente de las revoluciones de los sesenta.
En un principio, se asoció con Mr. Bones en busca de protección, porque la vida en las calles es muy dura, pero lo que podría haber sido una mera alianza de conveniencia se convirtió en algo mucho más intenso, un mutuo descubrimiento (Willy hasta llegó a crear una sinfonía de olores, una obra de arte canino para deleitar a Mr. Bones), un amor sin condiciones. Juntos han recorrido América, han sobrevivido a duros inviernos en Brooklyn y han vuelto a salir a la carretera con la llegada del buen tiempo. Y ahora están en Baltimore, viviendo la que quizá sea su última aventura en común: desde hace días Willy presiente que está llegando al final del camino, y antes de dirigirse a ese otro mundo que él y Mr. Bones llaman Tombuctú quiere encontrar a Bea Swanson, la profesora del instituto que le abrió las puertas de la poesía, para confiarle lo único que le importa en la vida, sus setenta y cuatro cuadernos de poemas y el leal, inteligente, notable Mr. Bones.

TOMBUCTÚ. COMENTARIOS

William Gurevitch. tras problemas con las drogas y con enfermedades mentales, ve alterada su soledad debido a la llegada de Mr. Bones, un perro que él acoge como mejor amigo. De hecho, vagabundo y perro se hacen tan cercanos que dialogan y discuten diariamente comprendiendo cada uno el idioma del otro. Ya en la primera página, cuando Willy comienza a estornudar dejando flemas y sangre, Mr. Bones aparece pensando como si fuera un adulto o un niño con pensamientos coherentes.

Mr. Bones asiste a los últimos días de Willy, a sus interminables monólogos en los que rememora su existencia y la certidumbre de que el fin está próximo, y con él la partida hacia la mítica Tombuctú en la cual moran los seres humanos tras la muerte. Realidad y recuerdos se entremezclan, y Willy se dirige hacia Baltimore en la que, preso ya de su delirio preagónico, se siente como en la Polonia de sus ancestros. Cuando Willy desaparece de su vida, el perro conoce otra parte, a veces oscura y a veces feliz, de la convivencia con diversas personas. Comienza así una nueva historia como perro vagabundo; se encuentra con niños que abusan de él y otros que le ofrecen su protección. Incluso llega a formar parte de una familia burguesa; le alimentan, le ofrecen cuidados y limpieza. Su periplo de amo en amo es al mismo tiempo la constatación de que no puede fiarse de nadie y de que siempre hay alguien dispuesto a acogerlo, aunque ambas condiciones vayan irremediablemente unidas. Pero ninguna de estas experiencias igualará lo aprendido y convivido con Willy: la autenticidad de la vida, la complicidad de una relación, quedará siempre en el recuerdo.

Mr. Bones nunca pierde a la figura de Willy como fuente principal de sabiduría; éste incluso vuelve de Tombuctú para hablarle en sueños y es así como la narración va y viene sin perder a Willy como eje central de la vida del perro. Más adelante, Willy se le presenta nuevamente en sueños para aclararle que en Tombuctú se admiten perros, que lo suyo está arreglado y que, mientras tanto, se porte bien. Este hecho precipitará el desenlace. Durante toda la novela se van dando pistas para adivinar el final, pero la solución que da al desenlace esperado es realmente imaginativo.

La novela no tiene diálogos. Se basa en los monólogos interiores de los protagonistas. Se reciben de esta manera descripciones detalladas mezcladas con pensamientos, vivencias y sentimientos, del animal y de quienes le rodean. Una historia breve, pero intensa, que habla del amor, la lealtad y la fidelidad. La descripción de la vida horrible de Willy en la casa paterna muestra casi en plan jocoso una situación irrespirable.

Esta obra retoma el tema constante del azar en Paul Auster, la narración ágil y sencilla queda parcialmente abierta al final, porque en ella lógicamente actuará la aplastante fuerza de este azar. Que Willy tuviera aversión a llamar por teléfono a Bea Swanson ya formaba parte del destino de Mr. Bones, determinado por cada una de las decisiones que se toman a lo largo de la historia. En Baltimore, Willy se lo juega todo a una carta, como en cualquier juego de azar, al buscar la casa de la señora Swanson.

Aunque hay un cierto consenso de los críticos en que es una novela menor de Auster, a mí es una de las que más me han gustado, quizá porque una lectura por segunda vez se hace con mayor detenimiento. La historia es perfectamente coherente y creíble, con tal de poner a un niño en lugar de a un perro; es verdad que algunas escenas no serían adaptables con un personaje infantil, pero en la mayor parte de la obra el perro refleja cierto parecido con la manera de pensar de niños con diferentes edades.

Auster escribe en tercera persona, pero parece que quienes hablan son los dos personajes principales; al relatar usa un registro diferente para cada uno de los personajes como si de escritura en primera persona se tratara, dando un estilo fresco con las ventajas del escrito omnisciente y la cercanía interior de la primera persona. A mí me parece poesía, un canto a la inocencia, precioso, tierno (especialmente la historia con el chico chino). Los monólogos del capítulo 2 hay que leerlos muy despacio, porque son largos y se corre el riesgo de aburrirse y perderse, pero son espectaculares.

Se acusa a Auster de alargar sus escritos innecesariamente. Sin embargo, en el capítulo 4 muestra que el libro podría ser mucho más corto si sólo contase la historia del perro, pero a la historia se le suman todas las ideas de los personajes respecto de las situaciones de la vida; precisamente esas digresiones de Willy y Mr. Bones es lo que le da interés al relato. Los pensamientos de los personajes permiten al autor hablar de conceptos importantes, como, por ejemplo, cuando Mr. Bones tiene lástima de Dick que sólo se interesa por cosas no importantes, o cuando Polly piensa en las relaciones con su marido.