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CARRUSEL 2023-24

viernes, 6 de octubre de 2023

El aliento del cielo

El aliento del cielo (Carson McCullers) 


Comentario complemento de la sesión del Club de lectura del
6 de octubre de 2023.


Por Andrés Hueso Iranzo

«Yo tengo más que decir que Hemingway,
y Dios sabe que lo he dicho mejor que Faulkner.»

Carson McCullers


Esta autora —nacida Lula Carson Smith en Columbus, Georgia, 1917 y muerta en Nyack, Nueva York, 1967— iba para niña prodigio del piano, pues componía desde los cinco años. Así que en 1934, cuando tenía 17 años, viajó desde Columbus a Nueva York para estudiar en la prestigiosa escuela de música Juilliard. Su padre había vendido el anillo de la abuela, última herencia familiar, para que su primogénita cumpliera el sueño de convertirse en pianista. Pero el azar quiso que Carson perdiera el dinero en el metro y el proyecto musical se truncó. Decidió quedarse en Nueva York, ganarse la vida con pequeños trabajos e intentar entonces cumplir otro sueño, convertirse en escritora y, efectivamente, resultó ser un temprano prodigio literario.

La propuesta de lectura para esta sesión es una antología de la obra de Carson McCullers que contiene la totalidad de sus cuentos y las tres novelas cortas: “Reflejos en un ojo dorado”, “La balada del café triste” y “Frankie y la boda”, en una edición que incluye un brillante preámbulo y comentarios introductorios a cada uno de los títulos a cargo de Rodrigo Fresán; además de una extensa reseña biográfica de la autora, que hace innecesario reseñar aquí detalle alguno de su vida. Solo quedan fuera de su producción literaria su primera novela, “El corazón es un cazador solitario” —1940— y la última, “Reloj sin manecillas” —1961—.

El título adoptado es el del cuarto relato, con ello el editor ha seguido el mismo método que en otras antologías, donde el título de uno de los cuentos se asigna al volumen; así fue en “¿Quién ha visto el viento? - Cuentos” o en “La balada del café triste y otros cuentos”.

En 2017 con motivo de un doble aniversario —cien años de su nacimiento y cincuenta de su muerte— se publicó por Seix Barral la traducción al español de su obra completa, que incluía la de un epílogo inédito de Tenesse Williams.


Acerca del ‘gótico sureño’

Sin haberlo pretendido, este mes habremos leído a dos autores emblemáticos del “gótico sureño", el cual está considerado como un subgénero literario originario de EEUU. En él aparecen elementos sobrenaturales o extraños para configurar el argumento. A diferencia de la novela gótica tradicional, en este no se usan dichos elementos para crear tensión, sino para exponer cuestiones sociales y explorar y exponer la cultura del Sur de Estados Unidos, generalmente en los estados de Virginia, las dos Carolinas, Georgia, Tennessee, Mississippi y Alabama. Esta subcultura literaria surgió en el siglo XIX y sigue vigente.

El realismo mágico, el color local y el comentario social aunque no precisamente crítico, son elementos básicos de la literatura gótica sureña. Suelen aparecer personajes excéntricos o portadores de defectos, sucesos siniestros, sobrenaturales o fantásticos y fenómenos inexplicables. También asuntos relacionados con la raza, la clase, la decadencia tanto física como moral, la violencia, el racismo, la superstición, la familia disfuncional, los secretos oscuros y el aislamiento; personajes o situaciones “freak”, según la calificación de Domingo Fresán. 

El estilo literario es elaborado, con lenguaje poético y descripciones detalladas que desarrollan escenarios como plantaciones, a veces abandonadas o decadentes, mansiones antiguas, pantanos, pueblos rurales y casas decrépitas; lugares que se utilizan para crear atmósferas sombrías y opresivas cargadas de misterio o melancolía.


«En el Sur, como en la antigua Rusia [de los zares], se advierte a cada instante el
escaso valor que se le otorga a la vida humana. Los niños nacen y mueren
 y si no mueren luchan por sobrevivir. Los límites de un campo estéril
de apenas unos cuantos acres, una mula, una bala de algodón
pueden suponer toda la existencia y todo el sufrimiento de un ser humano.»

Carson McCullers


Algunos títulos emblemáticos de este subgénero.

“La caída de la casa Usher” – Edgar A. Poe. No era sureño, pero su influencia fue fundamental para el desarrollo de este subgénero. Sus cuentos y poemas macabros y melancólicos inspiraron a muchos escritores sureños.

“El corazón es un cazador solitario” – Carson McCullers. 1917/1967 - 1ª novela con 23 años.

“El ruido y la furia”, “Absalóm, Absalóm”, “Mientras agonizo”,  - W. Faulfner – 1897-1962

“Un tranvía llamado deseo” – T. Williams – 1911-1983

“Otras voces, otros ámbitos” – T. Capote – 1924-1984

“Sangre sabia y otros cuentos” – Flannery O’Connor. – 1925-1964 - Tormentosa rela-ción con Carson. 

“Matar a un ruiseñor” – Harper Lee – 1926-2016

“No es país para viejos”, “Hijo de Dios”, “Meridiano de sangre” – Cormac McCarthy – 1933-2023

“El camino del tabaco” – Erskine Caldwell – 1903-1987

“La conjura de los necios” – John Kennedy Tool – 1937-1969

“Beloved” – Tony Morrison – 1931-2019

“Tierra de caimanes” – Karen Rusell – 1981-


Acerca de la obra de Carson McCullers.

Influencia de su entorno nativo. En los años de su infancia en el Sur se grabaron en ella escenarios, imágenes y figuras que serán de recurrencia obsesiva en su narrativa: los veranos de luz cegadora, los pequeños cafés, los barrios venidos a menos y los extraños personajes embrutecidos por la opresión de la vida provinciana. Y los fenómenos de circo.


Contribución literaria. Su obra literaria supone una significativa contribución a la literatura estadounidense del siglo XX. Su estilo distintivo y su enfoque en temas universales como el amor, la soledad, el aislamiento y la búsqueda de la identidad han dejado una marca perdurable en el panorama literario. A través de una prosa evocadora y una exploración profunda de la psicología humana, McCullers ha logrado capturar la complejidad de las emociones humanas y ha generado un impacto duradero en la crítica literaria y en los lectores.

Destacaría como soportes de este impacto tres características: El enfoque existencial de sus argumentos; un lenguaje creador de atmósferas únicas y la construcción de personajes memorables a quienes no juzga


Enfoque existencial de sus argumentos. Otro aspecto importante es su enfoque en temas existenciales y psicológicos. A través de sus historias, explora la soledad, la identidad, la sexualidad y los anhelos de conexión humana; el amor, en suma. Sus tramas suelen estar impregnadas de un aire de desesperanza y de la búsqueda constante de significado en un mundo fragmentado y alienante. Esta profundidad temática y su representación realista de las experiencias humanas han hecho de sus obras una referencia importante en el estudio de la literatura y la psicología. El aparato gótico de la narrativa del Sur, cargado de ecos faulknerianos, deviene, en la elaboración de McCullers, un penetrante instrumento de indagación existencial.


Lenguaje creador de atmósferas únicas. Como ya se ha indicado en la referencia al "gótico sureño” en Carson Mccullers destaca su lenguaje literario y su estilo lírico y poético con el que crea atmósferas únicas y evocadoras con las que transporta al lector a los escenarios y emociones descritos. Enmarca el relato o las escenas dentro del relato, con una descripción tan detallada como delicada del ambiente natural: el cielo, el viento, el color de los árboles, hojas; las sombras; los cambios de luz en los amanece-res o atardeceres … Todo ello con una sentida profundidad poética. Y la misma precisa, descripción de los ambientes de interior, los salones, cocinas o bares en los que sus personajes se mueven. Este cuidado por el detalle y la riqueza de las descripcio-nes sensoriales contribuyen a la construcción de mundos literarios vívidos y tangibles, aunque con frecuencia se muevan en el filo de lo inverosímil —sin que resulten esperpénticas ni estrafalarias; extrañas pero totalmente creíbles— resultando en una extraordinaria capacidad para transmitir la intensidad emocional de sus personajes y la pulsión de sus historias.


Creación de personajes memorables a quienes no juzga. Detallada descripción física de sus personajes, a los que sin duda ama, dado el cuidado que pone en su construcción, a pesar de los defectos estéticos o de los actos torcidos que les asigna. Y lo consigue con una escogida y breve selección de palabras, con inclusión de alguna metáfora que, aunque a primera vista parezca extraña, resulta en realidad muy reveladora. Otro mérito es la habilidad para crear personajes memorables y psicológicamente complejos, a menudo marginados o alienados de la sociedad, pero que son retratados con empatía y comprensión, esto permite que el lector pueda conectar profundamente con ellos. Captura las luchas internas, los conflictos emocionales y las contradicciones de los personajes de una forma auténtica y conmovedora, lo que les aporta una dimensión humana de validez universal. Consigue desarrollar una profunda introspección en el carácter, sentimientos, pensamiento y vida interior de los personajes, tanto principales como secundarios —en realidad, los secundarios, con frecuencia no parecen serlo porque resultan un afinado contrapunto de los principales—. Todos ellos están o viven en los márgenes de lo convencional, pero son esencialmente humanos. 

Acierta Graham Greene —según la cita recogida en la contraportada del volumen— cuando afirma  «Prefiero Carson McCullers a William Faulkner porque escribe de modo más claro; la prefiero a D. H. Lawrence porque no tiene mensaje.» Y es que la potencia de su relato se apoya en la ausencia de cualquier juicio de valor: se limita a describir, maravillosamente, pero no juzga a sus personajes ni a sus actos. Observa y narra lo que ve.


Su formación musical asoma en muchos de los relatos. Y lo hace de tres formas:

1) Como un elemento de evocación, que provoca emociones profundas en los personajes, como en “Frankie y la boda”, “Sin título”, “El transeúnte”, entre otros. 

2) Mediante la descripción técnica o poética, como en “Wundenkind”, “El transeúnte”, “Poldi”, En el final de “La balada del café triste”, en la coda de la ‘Cuerda de presos’: entre otros.

y 3) Con su acertado recurso al contrapunto en los comentarios de sus personajes secundarios, como los de John Henry en “Frankie y la boda”, los comentarios de Billy, el hijo de Elizabeth, en El transeúnte, los de Tip Mayberry al señor Mahoney en “El arte y el señor Mahoney”, los del Leo en “Un árbol. Una roca. Una nube”.


Los asuntos de la adolescencia. Las complejas ansias e inseguridades adolescentes, están abordadas en los títulos: “Frankie y la boda”, “Sucker”, “Wunderkind”, “Así”, "Sin título”, “Correspondencia” y “Muchacho obsesionado”.


Personajes parentales desdibujados o inexistentes. Finalmente, es una constante la pobre, cuando no inexistente, presencia parental en los cuentos con niños o adolescentes. Solo en “Muchacho obsesionado” hay al final del relato una escueta conversación del padre con Hugh —demasiado escueta seguramente nos parecerá a los lectores— pero que al chico parece servirle. En el resto de relatos, como en “Sin título” o “Frankie y la boda”, la figura del padre es totalmente marginal. Y la de la madre es una figura ausente; se acercan a unas madres putativas los personajes de Berenice en “Frankie y la boda” o Vitalis en “Sin título” —o Portia en “El corazón es un cazador solitario”—. La señora Lane, madre de Constance en “El aliento del cielo”, es una figura difícil de clasificar.


Reutilización de sus propios hallazgos literarios; algunos ejemplos.

«[música] «… como un puñado de canicas derramándose escaleras abajo —en “Poldi”— o [notas]
 «... cayendo unas sobre otras … escaleras abajo.» —en “Wunderkind”—.

«La función ha terminado y el mono ha muerto» —dicho por John Henry en “Frankie y la boda”— y evocado por Marshall en “El instante de la hora siguiente”: «El espectáculo ha terminado y el mono que toca el organillo ha muerto.»

Cuando Berenice le explica a F. Jasmine —en “Frankie y la boda”,— el porqué de sus fracasos matrimoniales tras la muerte de Ludie su amado primer esposo: «Quería a Ludie y él fue el primer hombre de quien me enamoré. Por consiguiente, tuve que seguir y copiarme a mí misma para siempre, desde entonces. Lo que hice fue casarme con pedacitos de Ludie cada vez que daba con ellos. Y fue pura desgracia que todos resultaran pedazos malos.» Este argumento se correlaciona con el del hombre de la cerveza —en “Un árbol. Una roca. Una nube”—: «Ahí estaban esos sentimientos hermosos y esos pequeños placeres sueltos, dentro de mí. Y esta mujer era para mi alma algo así como una cinta de montaje. Hacía pasar por ella esos poquitos de mí mismo y salía completo. ¿Me sigues ahora?»

Reutilización del nombre del personaje Harry Minowitz —en “Sin título”— que había creado en “El corazón es un cazador solitario”, aunque con características muy diferentes.


Tramas incompletas. Cabría señalar algunas debilidades que se han reflejado por la crítica. En ocasiones, sus tramas pueden carecer de un desarrollo estructural sólido. Algunas historias parecen fragmentadas o carentes de una resolución bien acabada —en realidad casi ninguno de los títulos de este volumen llega a alcanzar lo que comúnmente entenderíamos como un final—. Esto puede dejar en el lector una sensación insatisfecha. No obstante, el impacto general de sus textos es muy significativo así como su capacidad para evocar emociones profundas en el lector.


Brevísima reseña de algunos títulos.

En su primera novela, “El corazón es un cazador solitario” (The Heart Is a Lonely Hunter, 1940), el asunto es la incomunicación, mejor dicho, la imposibilidad de comunicación, encuentra aquí la primera expresión de lo que será una de sus constantes argumentales. 

Una homosexualidad reprimida y otras pasiones incontrolables dominan el universo de “Reflejos en un ojo dorado” (Reflections in a Golden Eye, 1941), en la que la atracción entre los polos opuestos de la violencia y de la inocencia provocan la tragedia.

En “Frankie y la boda” (The Member of the Wedding, 1946), el mundo adolescente de Frankie se conmociona por el matrimonio de su hermano. Historia de un deseo y su frustración.

En “La balada del café triste” (The Ballad of the Sad Café, 1951), se enuncian algunas expresiones extrañas del amor. Quizá haya también una aproximación al asunto de lo andrógino. Es un hallazgo literario la forma dada a la voz del narrador.

En su última novela, “Reloj sin manecillas” (Clock Without Hands, 1961), afronta la cuestión de la muerte como espera de lo imposible, en una pequeña ciudad del Sur, desgarrada por el odio racial, donde un juez intenta explicar el suicidio de su hijo, mientras el nieto intenta encontrarse a través de la muerte de su padre; un adolescente negro, Sherman Pepp, ejerce como pegamento del relato.

De forma póstuma apareció “El corazón hipotecado” (The Mortgaged Heart, 1968), recopilación de cuentos juveniles.


Contexto histórico literario en la vida de Carson McCullers: primera mitad del si-glo XX

La Gran Depresión en la década de 1930 fue una crisis económica sin precedentes que afectó a millones de personas en Estados Unidos. Este contexto de pobreza y desesperanza se refleja en las luchas de muchos de los personajes de McCullers, quienes enfrentan dificultades económicas y emocionales.

Estados Unidos se vio involucrado en la Segunda Guerra Mundial en la década de 1940, lo que afectó profundamente a la sociedad y la cultura del país. Los horrores de la guerra y sus secuelas se reflejan en "El corazón es un cazador solitario", "Frankie y la boda" o "Correspondencia".

Movimientos sociales y derechos civiles. McCullers escribió en una época en la que los movimientos por los derechos civiles y la lucha contra la discriminación racial se estaban gestando en Estados Unidos. Sus obras abordan temas de racismo y segregación, mostrando cómo afectaron la vida de las personas en el sur de ese país.


Autores que han influido en su obra 

Fyodor Dostoyevsky (1821-1881): El autor ruso fue una influencia fundamental en la obra de McCullers. Su capacidad para explorar las complejidades del alma humana y los conflictos internos en novelas como "Crimen y castigo" o "Los hermanos Karama-¡zov" resonaron en las temáticas y los personajes atormentados de  McCullers.

William Faulkner (1897-1962): Como uno de los escritores más destacados del sur de Estados Unidos, influyó en McCullers a través de su estilo literario innovador y su retrato de la vida en el sur. Obras como "El ruido y la furia" y "Mientras agonizo" destacan por su exploración de la psicología de los personajes y su enfoque en asuntos regionales.

Emily Dickinson (1830-1886): La poesía introspectiva y lírica de Dickinson pudo haber inspirado el estilo poético y la atención a los detalles emotivos en la prosa de McCullers. Ambas autoras compartían una habilidad para expresar emociones complejas y sutiles en sus escritos. 

Katherine Anne Porter (1890-1980): McCullers admiraba el estilo narrativo y la habilidad de Porter para explorar la psicología de sus personajes en obras como "La nave de los locos". La influencia de Porter en McCullers se refleja en el enfoque de la introspección y los conflictos emocionales en sus propias obras.

Henry James (1843-1916): El estilo literario de James, caracterizado por su detallada psicología de los personajes y su narración compleja, puede haber influido en la obra de McCullers, por ejemplo en la sutileza de las relaciones humanas en obras como "Retrato de una dama".

Allan Poe (1809-1849): En la fascinación de McCullers por lo oscuro y lo macabro, así como su interés en la psicología humana, en obras como “La caída de la Casa Usher”, pueden rastrearse las influencias de Poe, un maestro del cuento y la poesía de lo grotesco y lo misterioso.


Otros autores contemporáneos de Carson McCullers que dejaron huella en la literatura estadounidense.

J.D. Salinger (1919-2010): Famoso por su novela "El guardián entre el centeno" (The Catcher in the Rye), publicada en 1951, que se convirtió en un ícono de la literatura juvenil y capturó el descontento de la juventud de su tiempo.

Flannery O'Connor (1925-1964): Escritora del sur de Estados Unidos, conocida por sus cuentos y novelas que exploran temas religiosos, morales y sociales con un estilo realista y a menudo grotesco. Su obra más famosa es "Cuentos completos" (Complete Stories).

James Baldwin (1924-1987): Autor afroamericano que abordó temas de raza, identidad y sexualidad en sus novelas, ensayos y obras de teatro. Algunas de sus obras destacadas son "El cuarto de Giovanni" (Giovanni's Room) y "El fuego siguiente" (The Fire Next Time).

Sylvia Plath (1932-1963): Poeta y novelista estadounidense conocida por su poesía intensamente emotiva y su novela semi-autobiográfica "La campana de cristal" (The Bell Jar), que trata temas de depresión y alienación.

Kurt Vonnegut (1922-2007): Escritor satírico y visionario que exploró temas de ciencia ficción y sátira social en obras como "Matadero cinco" (Slaughterhouse-Five) y "Cuna de gato" (Cat's Cradle).

Ralf Ellison (1914-1994): Escritor afroamericano cuya novela "El hombre invisible" (Invisible Man) ganó reconocimiento por su poderosa exploración de la identidad y la experiencia afroamericana en EEUU.

Anäis Nin (1903-1977): Escritora y diarista conocida por su estilo literario íntimo y sus exploraciones de la sexualidad y el autodescubrimiento en obras como "Delta de Venus" (Delta of Venus) y "Diarios de Anaïs Nin" (The Diary of Anaïs Nin).

Jack Kerouac (1922-1969): Figura central de la Generación Beat, conocido por su novela "En el camino" (On the Road), que capturó el espíritu de la contracultura y la búsqueda de la libertad y la autenticidad.