Programa del curso 2025-26

PROGRAMA DEL CURSO 2025-26

Carrusel programa 2025-26

miércoles, 10 de diciembre de 2025

El polaco

 

El polaco (John Maxwell Coetzee)

Comentario complemento de la sesión del Club de lectura del
28 de noviembre de 2025.


Por José María Giménez


VIDA Y OBRA DE J. M. COETZEE


SU VIDA

John Maxwell Coetzee (Ciudad del Cabo, 9 de febrero de 1940) es un lingüista, traductor, novelista, ensayista, libretista, guionista, profesor universitario, poeta, escritor, prosista y crítico sudafricano nacionalizado australiano en 2006; reside desde 2002 en la ciudad de Adelaida. Se le otorgó el Premio Nobel de Literatura en 2003 por «la brillantez a la hora de analizar la sociedad sudafricana», según el acta de la Academia Sueca.

Pasó su infancia y su primera etapa formativa entre Ciudad del Cabo y Worcester, además de en la provincia de El Cabo de Buena Esperanza. Se licenció en matemáticas e inglés en la Universidad de Ciudad del Cabo.

A comienzos de los años sesenta se desplazó a Londres (Inglaterra), donde trabajó durante algún tiempo como programador informático. Dejó constancia de esta etapa de su vida en su novela Juventud (2002). En 1969 se doctoró en lingüística computacional en la Universidad de Texas en Austin (EE. UU.). La tesis consistió en un análisis computarizado de la obra de Samuel Beckett. Impartió clases de Lengua y Literatura Inglesas en la Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo (EE.UU.) hasta 1983.

En 1984 volvió a Sudáfrica a ocupar una cátedra en Letras Inglesas en su alma máter, donde ejerció la docencia hasta el año 2002 con una breve interrupción en 1989 para trabajar como profesor visitante de la Universidad Johns Hopkins.

Desde 2002 vive en Adelaida, ciudad australiana donde es investigador en el Departamento de Inglés de la universidad homónima. Coincidiendo con la Semana Literaria de Adelaida en marzo de 2006, Coetzee recibió la nacionalidad australiana, sin que ello, según él, lo aleje de Sudáfrica, su lugar de nacimiento y donde transcurre gran parte de su obra.

Gran parte de sus escritos, marcados por un estilo simbólico y metafórico, cuestionan el régimen del apartheid y cualquier tipo de racismo, y exploran sus negativas consecuencias en el hombre y en la sociedad. Además de novelas, cuentos y ensayos, ha publicado numerosas críticas literarias y diversas traducciones. La misma Academia Sueca destacó que "su obra está fuertemente marcada por la época del apartheid lo que, lejos de darle carácter local, la convierte en universal".

Galardonado con los más importantes premios, incluido el Nobel, fue el primer escritor distinguido en dos ocasiones con el Booker, considerado el más prestigioso de la literatura en lengua inglesa, por sus obras Vida y época de Michael K (1983), la historia de un superviviente de la guerra civil sudafricana, y Desgracia (1999), que trata acerca de un profesor de literatura marginado del mundo por acoso sexual.

Algunas de sus posibles influencias son Miguel de Cervantes, Daniel Defoe, Fyodor Dostoevsky, Ford Madox Ford, Franz Kafka, Luigi Pirandello, Samuel Beckett.

Al menos tres obras suyas han sido adaptadas al cine: Dust, dirigida por Marion Hänsel en 1985, está basada en la novela En medio de ninguna parte, Disgrace (2008) dirigida por Steve Jacobs se basa en el libro homónimo y “Waiting for the barbarians” (2019) dirigida por el colombiano Ciro Guerra.

Es miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y de la Real Sociedad de Literatura de Gran Bretaña (organización superior dedicada al estudio y la difusión de la literatura)


SU OBRA

Novela

o 1974 - Tierras de Poniente — 2009.
o 1977 - En Medio de Ninguna Parte —  2003.
o 1980 - Esperando a los Bárbaros — 1989.
o 1983 - Vida y Época de Michael K — 1987.
o 1986 - Foe — 1988.
o 1990 - La edad de hierro —  2002.
o 1994 - El Maestro de Petersburgo —  1996.
o 1999 – Desgracia — 2000.
o 2003 - Elizabeth Costello
o 2005 - Hombre Lento
o 2007 - Diario de un Mal Año
o 2013 - La Infancia de Jesús
o 2016 - Los Días de Jesús en la Escuela
o 2019 - La Muerte de Jesús
o 2022 - El Polaco


Novelas autobiográficas

o 1997 - Infancia: Escena de una vida de provincias I
o 2002 – Juventud: Escena de una vida de provincias II
o 2009 – Verano


Cuentos

o 2014 - Tres cuentos: El Hilo de Ariadna, 2016. Contiene «Una casa en España» (2000),                                «Nietverloren» (2002) y «Él y su hombre» (2003).

2018 - Siete cuentos morales.


Ensayo, crítica y correspondencia

o 1984 - Truth in Autobiography
o 1988 - White Writing: On the Culture of Letters in South Africa.
o 1992 - Doubling the Point: Essays and Interviews.
o 1996 - Giving Offense: Essays on Censorship — Contra la censura. Ensayos sobre la pasiónpor silenciar.
o 1999 - Las vidas de los animales. Integrado en Elizabeth Costello.
o 2001 - Costas extrañas. Ensayos, 1986-1999.
o 2007 - Mecanismos internos. Ensayos, 2000-2005.
o 2008 - Él y su hombre, discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura.
o 2013 -Aquí y ahora. Cartas 2008-2011. Correspondencia con Paul Auster.
o 2015 -The Good Story: Exchanges on Truth, Fiction and Psychotherapy
o Selección de ensayos en castellano: Las manos de los maestros.


Premios y reconocimientos

o 1983 - Premio Booker por Vida y época de Michael K
o 1987 - Premio Jerusalén
o 1999 - Premio Booker por Desgracia
o 2003 -Premio Nobel de Literatura
o 2013- Doctorado honoris causa de la Universidad Central (Colombia)
o 2014 – Doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de General San Martín
o 2015 – Doctorado honoris causa del Sistema Universitario Jesuita
o El asteroide (216591) Coetzee fue nombrado así en su honor



EL POLACO


En “EL POLACO” J. M. Coetzee cuenta de manera directa, austera y elíptica el “affaire” entre una madura mujer de Barcelona (Beatriz) y un pianista polaco (Witold); sus pocos encuentros marcados por el pragmatismo de ella y el amor romántico de él y dificultados por el idioma, ya que se ven obligados a comunicarse en un inglés que sólo ella domina razonablemente bien.

Ocurre con las novelas como con las drogas. Cuantas más te metes en el cuerpo, más fuertes tienen que ser las dosis siguientes para hacer efecto. Quiero decir con esto que leído cierto número de novelas dar con una obra que te sorprenda o emocione es cada vez más difícil. Pues bien, está novela de Coetzee es, siguiendo con el símil, droga dura. Consigue atrapar, sorprender y, desde su propuesta de máxima expresión con el menor número de palabras, emocionar.

El gran mérito de esta novela, su gran triunfo, es el lenguaje. Esta misma historia contada con menos contención, con más palabras, podría haber sido apenas una película de sobremesa de domingo. Es el lenguaje el que, al crear diferentes capas de sentido –a base de contención y austeridad expresiva− logra convertir esa trama que podría haber sido banal, en arte.

Por momentos, mientras lee, uno tiene la sensación de que Coetzee ha puesto mucho de sí en el personaje del pianista polaco, quizá de ahí la necesidad de contención, de no abrirse demasiado en canal. Es imposible no pensar en la prosa áspera e impersonal de Coetzee al leer sobre la manera de ejecutar Chopin del pianista, ese frío que emana de él y "que cancela cualquier frivolidad". La misma idea de pertenecer a otra época, de ser ya piezas de museo y sin embargo seguir vivos, trabajando y deseando, parece pertenecer también al propio Coetzee y estaba ya presente en algunas de sus últimas novelas.

Entonces lo que en los ojos de Witold sería visto como una historia de amor donde él es el hombre romántico, visto por Beatriz no existe tal amor y él es, simplemente, un pobre viejo enamorado, por ende, un ridículo y un peligro para sí mismo.

No es casualidad que Coetzee elija a un polaco como protagonista masculino. No sólo por ser un extraño, un extranjero —alguien a quien no se le pueden interpretar los gestos—, sino por lo que representa Polonia: un país atascado en el pasado. El polaco entonces es Polonia, un hombre de otra era. Y es también Chopin, es Dante, es Orfeo, es y no es Coetzee —un hombre atravesado por los siglos—. Eso explica que quiera escribir su divina comedia para mantener su amor, para conquistar el alma inmortal de Beatriz, pero, parafraseando a Jung, ahí donde Dante nada, Witold se ahoga.

El hecho de que los párrafos estén numerados, determina, para bien, la forma de leer, con múltiples elipsis que se aceptan naturalmente. Las escenas fluyen con facilidad y el libro entero transmite una sensación, así, de trabajo directo, desapasionado, sin voluntad literaria –en el sentido de que no se busca la artificialidad o el adorno−. Lo que logra, por supuesto, es hacer así una mejor literatura.

Una de las lecturas que tiene la novela es la de ser una reflexión sobre la traducción en un sentido literal y en otro metafórico. Sobre la lengua del amor y sobre el inglés como lengua franca, de frontera global: “un espectáculo cómico, ellos dos haciendo el amor en inglés, una lengua cuyos alcances eróticos son desconocidos para ambos”, dice la novela.

En un momento, bien entrada la novela, el polaco le dice a Beatriz que ella le da paz, que es su símbolo de paz, y Beatriz lo ve como algo absurdo porque, como diría Charly García, ahora todo suena diferente.

Otra lectura: la novela es el acta de defunción del amor romántico en la literatura. Un amor que comenzó con Dante y Beatrice y que, parece decir Coetzee, ya solo permanece vivo en la literatura: "el polaco mismo es una reliquia de la historia y de una época en que el deseo debía estar teñido de lo inalcanzable antes de ser considerado algo auténtico".  El único pero que se le puede poner a la novela es que este mensaje, que había quedado sutilmente disuelto en la narración, está demasiado explícito en el capítulo final, cuyo único propósito parece ser explicar esto. Sin esas pocas páginas finales la novela hubiera sido, tal vez, todavía mejor.

Beatriz se niega a ser la Beatrice de Dante. Quiere ser cortejada pero no escrita, le incomoda su papel de musa.

Cuando uno acaba la novela no puede evitar volver a los cuatro primeros puntos del capítulo inicial. Allí habla un narrador y lo hace sobre el narrador que va a contar la novela, de dónde han salido los personajes, qué sabe de ellos al principio, ¿ha llegado su hora de ser escritos? Este inicio –que recuerda a Conrad− es magnífico y abre sutilmente la novela a su dimensión de artefacto literario, sin esconderlo pero a la vez, sin que eso impida la inmersión del lector en la fábula, su credulidad.

El amor de Dante por Beatriz o el de Chopin por George Sand, las historias en fin que configuran nuestra mitología del amor, funcionan aquí como espejos en los que se miran tanto los personajes −para aceptar o rechazar ese amor convertido en cultura− como la propia novela, que contrapone el pragmatismo, realista, del amor contemporáneo –representado por Beatriz− a esos mitos que aún viven en el pianista polaco. Todo ello para interrogarse acerca de su vigencia y de su poder actual, para preguntarnos, tal vez, cómo de útiles nos siguen siendo para explicar este mundo. El pastiche como técnica posmoderna toma aquí un aspecto sutil, menos evidente, pero es clave para el mensaje meta-literario.