El Villano
en la Wikipedia
Un
villano es una persona malvada, especialmente en la ficción.
Los villanos son personajes de ficción, o quizá personajes
novelados, en dramas
y melodramas
que ejercen la maldad
deliberadamente y que se enfrentan al héroe.
Como tales, los villanos son un recurso
argumental casi inevitable, y más que los héroes, elementos
cruciales sobre los que gira la trama.
Orígenes
del término
La
etimología
de la palabra deriva del inglés
villain y ésta a su vez del latín
moderno villanus que significa siervo o campesino,
alguien que está atado a la tierra de una villa, es decir que trabajaba
en el equivalente a una plantación en la antigüedad, por ejemplo en Italia o la Galia.
La pobreza entonces se equiparaba a la corrupción moral: los villanos tenían
que trabajarse su ascenso en la escala social. Por esto normalmente la palabra villano
sugiere que los ardides del villano proceden de su propia indiferencia moral o de la perversidad
del personaje.
Los
supervillanos
se encuentran en los ambientes melodramáticos de los cómics
de superhéroes,
donde se necesita una persona malvada con superpoderes como contraste digno de
los poderosos héroes. Estos supervillanos suelen tener papeles repetitivos, y
algunos villanos de la literatura más terrenal se han hecho tan populares que
también han sido reutilizado en obras posteriores.
Estereotipos
Hay
muchos estereotipos
sobre los villanos. Una caricatura de un cliché común sobre los villanos puede
verse arriba a la derecha de este artículo. En la era del cine mudo,
los villanos tenían que parecer muy siniestros «visualmente», y así nacieron
muchos estereotipos sobre ellos. Los personajes Boris Badenov, Natasha Fatale y Snidely Whiplash de Rocky y Bullwinkle,
así como el personaje de Hanna-Barbera llamado Pierre Nodoyuna,
son parodias ampliamente conocidas de esta clase de arquetipo.
Estos
estereotipos incluyen ropa negra (con frecuencia bastante formal: capa,
sombrero alto, etcétera), pelo facial, rasgos afilados, y una expresión facial
perpetuamente «enfadada». Otros estereotipos villanescos incluyen la costumbre
de la «risa malvada», una voz
estirada y aduladora, y un arrogante exceso de confianza en sí mismo que le
lleva a explicar innecesariamente
sus siniestros planes. También existe el estereotipo contrario del villano
hermoso que se parece a un héroe, pero cuya personalidad y actitud revelan una
naturaleza diabólica. Dicho estereotipo pasó a ser muy conocido tras la Segunda Guerra Mundial cuando el Holocausto
fue revelado, surgiendo el popular villano que refleja el ideal nazi rubio y de ojos
azules, cuya belleza esconde un arrogante sentido de superioridad y viles
ambiciones de hacer sufrir a sus «inferiores». El villano rubio de ojos azules
ha derivado recientemente en un extraño estereotipo, el albino malvado, un villano
que muestra varios rasgos físico normalmente asociados con el albinismo
(como piel blanca, pelo rubio platino y ojos azules o rojos) aunque no necesariamente
tenga tal condición.
En
la ópera
y el teatro musical, el villano o la villana suelen
ser interpretados por un barítono o una mezzosoprano.
Edad Media
En
la época del feudalismo, el villano era un descendente de campesinos
libres, diferenciándose así del siervo, y en tal condición podían dejar
el feudo
si lo quisiese. Tal como los siervos, los villanos debían pagar a los señores un tributo señorial así como
cumplir con la corvea.
En
el Portugal
medieval, el término "villano" principalmente se refería a un
ciudadano de una ciudad
o villa o municipio,
sin pertenecer a la nobleza. Los villanos con condiciones económicas o sociales
más elevadas, a veces ascendían al estatus de caballeros-villanos,
estando entonces obligados a poseer caballos
para combatir como caballeros a la orden del rey, integrando lo
que entonces se llamaban huestes.
Narratología
En
narratología
y estudios de análisis e interpretación de obras
literarias y de argumentos, un villano es la
encarnación del mal
tanto en relatos históricos como en trabajos de ficción.
Los villanos cumplen el papel de antagonista
ante el héroe/protagonista.
El
villano generalmente es una figura poco simpática, que utiliza sus habilidades
con el objetivo de perjudicar a alguien o conseguir algo que desea, utilizando
a estos efectos recursos deshonestos que lindan con la ilegalidad. Muchas veces
estos personajes desarrollan planes más o menos elaborados, los que son
explicados a lo largo de la trama, y los que normalmente perjudican o intentan
perjudicar al protagonista y a la propia sociedad. Y generalmente y a efectos
de presentar un desenlace aceptable para todo el público o la mayoría, el
villano ve sus planes arruinados, en muchos casos gracias a la valentía y el
heroísmo del personaje principal.
El Villano en la R.A.E.
villano, na.
(Del b. lat. villanus, y este
del lat. villa, casa de campo).
1. adj. Vecino o habitador del estado llano en una villa o aldea, a
distinción de noble o hidalgo. U. t. c. s.
4.
(Porque tendían a imitar los cantares y bailes rústicos). m. Tañido y baile españoles comunes en los siglos XVI y XVII.
El Villano en el Teatro Barroco español de los siglos de oro.
En el “Arte
nuevo de hacer comedias” de Lope de Vega, se fijan las características de ese
nuevo teatro. Entre ellas constan los personajes cuyos tipos se irán repitiendo
en todas las obras: El Rey, que encarna la justicia, el Poderoso (noble), que
rompe la armonía y al que la pasión
amorosa le hace cometer injusticias y recibe el castigo real y
finalmente se arrepiente (ya que la nobleza no podía ser vilipendiada hasta el
final), el Caballero al que le corresponde la defensa de la honra y el Villano
que es un campesino rico de “sangre limpia” y con conciencia de su dignidad y
sentimiento de honra.
Vemos pues
como en nuestra historia literaria, el concepto de villano ha sido diferente de
lo que la evolución posterior nos ha dejado en la cabeza.
De aquí y allá: perfil del 'malo
malísimo'.
Abandono en
mis comentarios la denominación de “villano”, por lo expuesto en el párrafo
anterior, aunque en la mayor parte de las referencias siguientes, ésta será la
forma habitual en la que se le nombre.
Lógicamente
el malo malísimo ha visto evolucionado su perfil, muy pujante y específico en
la época romántica, cuando los folletines triunfaban. El malo malísimo era una
especie de encarnación del demonio, contra la moral, la virtud, la castidad y
la decencia; virtudes estas asociadas normalmente a los personajes de
extracción sencilla y humilde, que veían atropelladas sus vidas, expectativas y
salud por las amenazas y artimañas del malo.
Pero el
abanico es muy amplio:
En Dumas, el malo malísimo está encarnado por Richelieu. En Los tres mosqueteros describe al cardenal como un
ministro codicioso y hambriento de poder. Las diversas adaptaciones de esta
obra han dado unos personajes aún más deformados, como la película de 1993, que
le muestra como un villano de cuento, sin ningún rasgo favorable
En Eugenio Sue el malo malísimo en la Compañía de Jesús. En el Judío errante. los muy nobles seguidores
de San Ignacio de Loyola son mostrados como una oscura y oculta secta en la
sombra, cuyo objetivo es el dominio del planeta, y que cuentan con espías y
miembros infiltrados en todos los estratos sociales y de gobierno. El motor de
la narración son los tejemanejes del mortal jesuita que intenta la muerte de
sus enemigos de forma tan sutil como artera. Sue no es precisamente un
estilista, sus “malos” (quizá lo mejor del libro) son de una perfidia tan
esmerada y perfecta que acaban por convertirse en simpáticos, más si los
comparamos con los muy aburridos y estúpidos “buenos” que acaban estragando y
que deseamos que desaparezcan lo más rápido y dolorosamente posible de la escena.
Como decía, Sue no es un artista delicado, que un asesino thug de la India sea
uno de los ayudantes de los jesuitas y que, al final del libro, convenga en que
esta orden y su Dios son más terribles que la suya y el poder de Kali, da un
idea de por dónde van los tiros.
En la época victoriana, A.C. Doyle
se inventa a Moriarty, para hacerle
la vida interesante a Sherlock Holmes.
El profesor Moriarty es un matemático sin par que goza de excelente reputación
social, aunque no es dado a llamar la atención en público. Sin embargo, bajo
esta apariencia se esconde la mayor mente criminal de la Europa de su época.
Moriarty dirige en la sombra un complejo sindicato internacional del crimen a
través del no menos esquivo y discreto Coronel Sebastian Moran. Sherlock Holmes
llama a Moriarty el ‘Napoleón del crimen’ o ‘Una araña en el centro de una
gigantesca red del crimen y solo él sabe cómo se mueve cada hilo de su red’.
Fue creado como el único rival capaz de acabar con el excéntrico detective Sherlock
Holmes, cuando Doyle, cansado del personaje, decidió darle una muerte digna
frente a tan excepcional enemigo. La publicación del relato en el que el gran
enemigo de Holmes, el profesor Moriarty, moría junto con Holmes en las
Cataratas de Reichenbach, por una trágica caída, provocó un aluvión de quejas y
reclamaciones
En nuestra
literatura podríamos incluir, aunque con reservas, en estos perfiles a la madre
del magistral de Vetusta en La Regenta. Y parecidamente a la madre del
‘boticarito’ que aspira al matrimonio con Fortunata, en Fortunata y Jacinta.
Viniendo a
momentos mucho más actuales, podemos encontrar descripciones de malos
malísimos, obtenidas de acontecimientos banales, como lo siguiente:
No
se permitió ni un solo segundo para complacerse. Ni una fugaz sonrisa. Sabía
que había obtenido una ventaja táctica y su única obsesión en ese momento era
aprovecharla. En medio de la confusión y el griterío, se aisló lo que pudo y
mesándose la rala pero cuidada barba, aspiró profundamente. ¿Cuál sería el
siguiente movimiento? De repente, lo vio claro y llamó a gritos a uno de los
suyos. De los importantes. Y allí mismo, empezó --concentrado-- a darle las
instrucciones mientras su pupilo atendía. Justo en ese momento, el otro (ese
otro), siempre en su papel, se acercó despacio, sigiloso, por detrás. Y
pertrechado por una torcida risa en su rictus y una mirada cargada de indigna
suficiencia en sus ojos, irrumpió en la conversación de maestro y pupilo. Y
según cuenta la leyenda, les espetó aquello de "pensáis que esto ha terminado,
pero no es así. Falta mucho". Y siguió su camino, tranquilo y con
semblante risueño... El villano perfecto. El que genera temor por su frialdad.
El que aúna desprecio y respeto al mismo tiempo. Nunca se da por vencido, no se
rinde si no es a fuego. Vamos, un malo de novela.
Lo anterior
es un extracto de un artículo de El Periódico de Extremadura (20-12-2013) y se
refiere a un sucedido durante el partido de futbol Barcelona-Inter 2010. Los
personajes son Guardiola y Mourinho y acababa de ser expulsado un jugador del
Inter.
En los
últimos decenios, la ciencia ficción primero, seguida del cómic y actualmente
el género fantástico, transferidos con notable éxito al cine, han desarrollado
modelos de malos malísimos remarcables y con muy diferentes características,
aunque con una condición común: su existencia es indispensable para la propia
existencia del héroe al que se contraponen.
Ciencia
Ficción o género fantástico:
En Dune de Frank Herbert, Paul Atreides no sería nadie sin la
oposición de los Harkonen.
En El Hobit primero y El Señor de los anillos, después, ni Bilbo ni Frodo Bolsón, conseguirían sus propósitos sin
la existencia de Semeagol (esencial
tanto en el desarrollo de las historias como en su final, como todos sabemos) y
Saurón.
Aún más
actual en la saga Canción de Hielo y
Fuego de George R.R.Martín (Juego de Tronos), la trama se sustenta en la
existencia y acción decisiva de los Lannister, como también se refleja en la exitosa serie de la HBO.
Cómic:
Lex
Lhutor, contra Superman. Luthor es representado, en
muchos sentidos, como el inverso de Superman: carece de poderes sobrehumanos de
cualquier tipo, no tiene identidad secreta, su poder se basa en su dinero e inteligencia,
es terriblemente orgulloso y vengativo, y carece de principios éticos. En casi
todas las versiones modernas del personaje ha tenido directa o indirectamente a
su servicio a la mayoría de los archivillanos de Superman. Físicamente ha sido
completamente calvo en casi todas sus versiones, aunque originalmente se le
representaba con cabello pelirrojo, lo cual aún ocurre de vez en cuando.
Joker contra Batman. El Joker ha evolucionado desde su creación aunque la imagen
dominante es la de un psicópata esquizofrénico pero muy inteligente, que además
tiene un retorcido y sádico sentido del humor.70 71 También existe otra
representación, la cual resultó muy popular en la década de 1940, esta es de un
ladrón-bromista excéntrico pero inofensivo. En Batman: la serie animada mezclan
estos dos aspectos. Sus víctimas incluyen a hombres, mujeres, niños, e incluso
sus compañeros y amigos, tampoco tienen límites, por ejemplo en la novela
gráfica Joker, asesinó a más de 2.000 personas en un solo día. No le han
sentenciado con la pena de muerte ya que es visto por la ley como un enfermo
mental y en lugar de ser asesinado es enviado al Asilo Arkham. Batman ha tenido
numerosas oportunidades de asesinar al Joker, pero no lo ha hecho debido a una
moral que posee.74 A pesar de haberlo intentado varias veces, el Joker no tiene
la intención de asesinar a su archienemigo, según él, si lo hace no tendría
nada que hacer en la vida. Además, en un enfrentamiento con Jason Todd, Batman
admite que a menudo fantasea con matar al Joker, pero que no va a darse el
placer porque sabe que no habría vuelta atrás, lo que resulta en una aparentemente
interminable batalla entre estos personajes. El Joker es reconocido por muchos
como el más grande enemigo de Batman.
Los villanos
en el cómic, han dado y deben seguir dando mucho de sí. La entrada en google
como “villanos del cómic”, ofrece el enlace a 200 entradas para acceder a las correspondientes
páginas ordenadas alfabéticamente de malos malísimos de ese vasto mundo.
Otra muestra
es el siguiente ‘Top 10’, bajo la entrada “Los villanos más temibles del mundo
del cómic”:
10.
Red Skull: “Dime
con quién andas y te diré quién eres”. Un aliado de Hitler no puede ser bueno,
menos en el mundo de los superhéroes y menos aún si es enemigo del Capitán
América. Así como éste representa todos los valores del patriotismo americano
de la II Guerra Mundial, Red Skull es su némesis, nacido bajo el alero del
ejército nazi. Acá, un video con su historia.
9.
Dark Phoenix: Ya
hemos hablado de Jean Grey, de los X-Men, la preciosa mentalista novia de
Cyclops que guardaba dentro una personalidad oculta: Dark Phoenix. Así, cuando
cruzó la línea entre el bien y el mal, lo hizo con todo en la ya mítica “Saga
de Fénix”. Es la segunda telépata más poderosa, tras el Profesor Charles
Xavier. Imagínense ese poder, desatado. Además, dentro de las maldades
realizadas, está romper una de las pocas partes sin adamántium del cuerpo de
Wolverine: su corazón.
8. Ozymandias: Alerta de spoiler (aunque en realidad asumo que TODOS
los lectores de este humilde sitio ya leyeron Watchmen, si no, tarea para la casa).
Adrian Veidt es el hombre más inteligente del mundo, e inspirado en Ramsés II
se hizo miembro de los Vigilantes (Watchmen). Pasó lo de Vietnam, conflictos,
diferencias entre ellos, el retiro y paf, el Comediante es asesinado, y todo
eso es la punta del iceberg de un plan que intenta proteger la tierra bajo el
lema “el fin justifica los medios”. La obra clave de Alan Moore, merecía un
villano sorprendente y que cuya maldad tuviera cierta justificación y que
lograra generar empatía con los lectores. Ozymandias, una razón más que hace de
Watchmen uno de los comics imprescindibles de la historia.
7.
Ra’s Al Ghul:
Batman tiene muchos villanos interesanes, pero este es de los más secos.
Gracias a las Fuentes de Lázaro, logra recuperarse de las heridas e incluso ha
conseguido volver de la muerte. Es el líder de la Liga de las Sombras, una
organización que por años ha buscado destruir a lo peor de la humanidad, para
generar, literalmente, un nuevo mundo. Ra’s tiene una mente privilegiada, y
también una hermosa y despiadada hija: Talia Al Ghul. Ella es una de las
principales armas contra el Hombre Murciélago, con quien de hecho ya tienen un
hijo: Damian Wayne.
6.
Galactus: Un ser
cósmico que recorre el universo para saciar su hambre. Hasta aquí todo bien,
salvo por un detalle: Galactus se alimenta de planetas. Cada cierto tiempo viene
a mirar la Tierra como si fuera una pizza con doble queso, pero ahí nos
defienden Los 4 Fantásticos y el mismo heraldo de Galactus, el Silver Surfer,
se ha interpuesto entre su apetito y nuestro querido planeta.
5.
Darkseid: Es el rey
del planeta Apokolips, y en su búsqueda de la ecuación anti-vida, busca
gobernar todo el universo, y eso sí que son palabras mayores. Creado por el
gran Jack “The King” Kirby, sus poderes son casi los de un dios, y de sus ojos
salen unos rayos denominados como el Efecto Omega, de los que en la saga Crisis
Final, Batman fue víctima, mandándolo a viajar por el tiempo y haciéndonos
creer que el Hombre Murciélago estaba muerto. Para enfrentarlo, siempre es
necesaria la presencia de Superman y la mayor cantidad de refuerzos posibles.
4.
Dr. Doom: Víctor
Von Doom nació en Latveria, país que llegó a conquistar ya convertido en el Dr.
Doom. Conoció a Reed Richards en la universidad, y desde ahí, la rivalidad y
celos fueron protagonistas de su relación. La ciencia ha estado presente en su
vida tanto como la magia, y ha logrado mezclar ambas fuentes de poder en una
armadura que le da habilidades para enfrentarse con Los 4 Fantásticos y cada
cierto tiempo, deja la escoba en el universo marveliano.
3.
Joker: La locura
desatada. Un simple y frustrado comediante que pierde toda dosis de cordura,
para estallar en una de las peores mentes criminales de los comics de
superhéroes. La antítesis perfecta de Batman, que también es sólo un humano,
pero que ha desarrollado con los años todas sus capacidades al máximo, buscando
la perfección y luchando por el “orden”. El Joker, sin embargo, lucha por el
“caos”. Cómo no nombrar la magnífica representación de Heath Ledger en ese
pedazo de película que es The Dark Knight Returns.
2.
Lex Luthor: Llegó a
ser Presidente de Estados Unidos, todo por el poder, que es lo que mueve a éste
el enemigo por excelencia de Superman. Una mente brillante, genio de los
negocios y de urdir todo tipo de plan para terminar con Superman, quien lo ha
opacado desde que apareció. Presidente del Salón del Mal y líder de cuando
grupo de supervillanos ha habido, tiene su título más que merecido. Lean (o
vean, ya está en DVD) All Star Superman, verán su mejor plan para terminar con
el azuloso.
1.
Magneto: Erik
Magnus Lehnsherr nació con la habilidad mutante de mover los metales y generar
y manipular campos magnéticos. Pero no sólo eso. Nació con la capacidad de
convocar a cientos de mutantes y convencerlos que son la evolución natural de
la raza humana, seres primitivos que merecen… morir. Así, tiene bien merecido
el primer lugar en esta lista, por querer eliminarnos a todos de la faz de la
tierra y dejársela para ellos, todo por tener superpoderes. ¡Estos mutantes!
Respecto de
las características del malo malísimo, cada cual tendremos nuestras
preferencias, esta es la de un opinante, entresacada de los millones
existentes:
1. Tiene que tener un buen motivo para su maldad
2.
Inteligente y astuto, esto lo hace
aún más peligroso y difícil de derrotar.
3.
Sus movimientos deben ser meticulosos y letales, es decir que sea directo y agresivo en sus ataques.
4.
Tiene que tener estilo, esto lo
diferenciará del resto de villanos. Un buen diseño de personaje, sobre todo en
cuanto a cuestión psicológica.
5.
Ser guapo gana puntos dependiendo
del contexto, por ejemplo, si existe una protagonista en cuestión, si la
historia está dirigida hacia chicas o sólo porque su aspecto físico le facilite
sus planes (como el caso de que necesite "socializar" para
infiltrarse y manipular)
6.
A pesar de toda su maldad, debe haber
"algo" que te haga dudar si sus motivos, pese a ser malvados,
realmente están mal. Es decir que no sea solo pura maldad y ya, sino que haya
algo que te haga ver que pese a que sea un maldito no puedes culparlo u odiarlo
-del todo-.
Acerca del ‘detective
bueno y listo’, como un tipo de antagonista específico.
Este
personaje es un contrapuesto al malo malísimo, tomando la figura del héroe en
un género literario específico: la novela negra, policial, de misterio, etc.
Chevalier Auguste
Dupin creado por E.A. Poe, es el primer detective reconocido
literariamente. La destreza deductiva del Dupin se ve por primera vez cuando
parece leer la mente del narrador, logrando esto al seguir el hilo de la
conversación de los anteriores quince minutos.7 El método de Dupin es
identificarse con el criminal y adentrarse en su mente. Sabiendo cómo piensa un
criminal, él puede resolver cualquier crimen.8 Con este sistema, combina la
lógica científica con la imaginación artística.6 Como un verdadero observador,
presta especial atención en aquello que nadie nota, como la indecisión,
impaciencia o una casual o involuntaria palabra.4 Dupin es retratado como una
deshumanizada máquina de pensar, un hombre cuyo único interés es la lógica
pura. El personaje también enfatiza la importancia de leer y escribir: muchas
de las pistas provienen de leer los periódicos o de reportes escritos por el
Prefecto. Este mecanismo llama la atención del lector, quien sigue adelante
buscando las pistas por cuenta propia. Dupin no es realmente un detective
profesional y sus motivaciones cambian en sus distintas apariciones. En “Los
crímenes de la calle Morgue” investiga los asesinatos sólo para entretenerse y
probar la inocencia de un hombre falsamente acusado. Él rechaza una recompensa
final en esta historia. Sin embargo, en “La carta robada”, realiza la
investigación para deliberadamente obtener una recompensa financiera.
La
influencia de Dupin es generalmente reconocida en los modelos posteriores:
Sherlock Holmes y Hércules Poirot.
Sherlock Holmes, de A.C.Doyle. En la primera historia, ‘Estudio en escarlata’, se
brinda un cierto trasfondo de Holmes. A principios de 1881, se presenta como un
estudiante independiente de química con una variedad de intereses muy curiosa,
casi toda la cual le sirve en la resolución de crímenes. En una de las primeras
historias, La corbeta Gloria Scott, el padre de un amigo del colegio lo
felicita por sus habilidades deductivas y el propio Holmes explica que ello fue
una de las razones por la que se convirtió en detective. Holmes siempre usó
métodos científicos (o supuestamente científicos) y se centra en los métodos de
la lógica y los poderes de observación y deducción. Es un personaje excéntrico
y siempre sigue siendo objetivo. Él sólo nos revela las cosas poco a poco.
Hércules Poirot. El personaje de Agatha Christie se basó en otros dos detectives
de ficción de la época: Hercule Popeau, de Marie Belloc Lowndes y Monsieur
Poiret de Frank Howel Evans, un oficial de policía jubilado francés que vivía
en Londres. Agatha Christie también construyó su personaje y le dio nacionalidad
gracias a un grupo de refugiados belgas que se exiliaban de su país, producto
de la Primera Guerra Mundial. En el capítulo "El misterioso caso de
Styles", de la serie "Agatha Christie's Poirot" (donde el actor
británico David Suchet interpreta a Poirot), se muestra al detective alojándose
en pensiones, junto con otros compañeros de su misma nacionalidad, y que
ostentan una apariencia similar a la suya. Una influencia más evidente sobre
las primeras historias de Poirot es la de Arthur Conan Doyle. En una autobiografía,
Christie admite que "yo todavía escribía en la tradición de Sherlock
Holmes - el detective excéntrico, el títere ayudante, con un detective de
Scotland Yard tipo Lestrade, el inspector Japp". Por su parte Doyle reconoció
la base de Sherlock Holmes sobre el modelo del detective ficticio francés
Auguste Dupin, de Edgar Allan Poe, quién en su empleo "de razonamiento"
prefigura la confianza de Poirot sobre sus "pequeñas células grises".
Comisario Maigret de George Simenon. A diferencia de muchos autores de hoy, quienes
intentan construir una intriga lo más compleja posible -como en un juego de
ajedrez- Simenon propone una intriga simple, con un argumento y personajes
definidos, y un héroe dotado de humanidad, obligado a ir al borde de sí mismo,
de su lógica. El mensaje de Simenon es complejo y ambiguo: ni culpables ni
inocentes absolutos, sólo culpabilidades que se engendran y se destruyen en
cadena. Las novelas del escritor sumergen al lector en un mundo rico de formas,
colores, olores, ruidos, sabores y sensaciones táctiles; al que se entra desde
la primera frase...
Sam Spade es un detective de ficción creado
por el escritor estadounidense Dashiell
Hammett. Detective inflexible, irónico y duro, fue llevado a la pantalla en
las distintas adaptaciones de la novela El halcón maltés, de las cuales la más
famosa es la realizada en 1941 por John Huston, con Humphrey Bogart en el papel
de Spade. Las obras de Hammett fundaron un nuevo subgénero literario, la novela
negra, sublimando el popular hard boiled. Su ejemplo trascendió e importantes
escritores reconocieron su influjo, como Ernest Hemingway, Raymond Chandler o
el francófono Georges Simenon. Aparte de crear la mayoría de las iconografías,
personajes y esquemas argumentales del género, utiliza un estilo lacónico e
impresionista que selecciona pocos pero significativos detalles para que el
lector vaya construyendo su propia imagen de personajes y ambientes. Otra señal
distintiva es su realismo: conoce profundamente la materia de la que escribe, y
la corrupción que late en el interior de la sociedad norteamericana en un
ambiente noqueado por el crack del 29 y la Gran Depresión en que publicó sus
principales obras, lo que inspira el profundo pesimismo que invade en general a
sus figuras, y, aunque hoy puedan parecer tópicas algunas de las situaciones
que expone, en su tiempo eran novedad y es la repetición machacona de sus
discípulos la que ha hecho posible tal confusión. Por otra parte, al contrario
que otros novelistas policíacos, especialmente los de escuela inglesa, no le
interesan las argucias del crimen, sino lo humano y lo social que se ven
comprometidos por este fenómeno.
Philip Marlowe es un detective privado ficticio,
creado por Raymond Chandler en sus
novelas, incluyendo El sueño eterno y El largo adiós. Marlowe apareció
inicialmente en una historia corta, llamada Finger Man (El confidente),
publicada en 1934. En esta aparición, sin embargo, Chandler no había
desarrollado aún las características que se convertirían en su marca personal,
y es difícil distinguirlo de otros personajes de Chandler, como John Dalmas o
Carmady. Posteriormente, como se ve en sus siguientes novelas, Marlowe vive en
Los Ángeles, mientras que en Finger Man habitaba en la ficticia ciudad de San
Angelo. Marlowe es un personaje típico de la novela estadounidense de
detectives, iniciada por Dashiell Hammett y la revista Black Mask en la década
de los 1920, donde los detectives privados eran observadores pesimistas y
cínicos de una sociedad corrupta, aunque tanto Marlowe como otro duro
detective, el Sam Spade de Hammett, persisten en su deslustrado idealismo. Bajo
la piel del duro y bebedor detective privado, Marlowe es un individuo
contemplativo y filosófico. Marlowe adora el ajedrez y la poesía. A pesar de no
tener miedo al dolor físico, no usa la violencia para ajustar cuentas. Su moral
le permite resistir el hipnotismo de las femme fatales, como Carmen Sternwood
en El sueño eterno. Chandler se refería así a su ideal de detective en general:
“Creo que podría seducir a una duquesa, pero estoy bastante seguro de que no
mancharía a una virgen”.
Creado
por Manuel Vázquez Montalbán, José
Carvalho Larios, más conocido como Pepe
Carvalho, es hijo de inmigrantes gallegos, que pasando por Cuba y Madrid
han terminado viviendo en Barcelona. Cuando estudiaba militó como comunista y
pasó unos meses en la cárcel. Fue lector de español en una universidad del
Medio Oeste de Estados Unidos, trabajó como traductor para el Departamento de
Estado. Su mujer, Muriel, le abandonó con su hija de 9 meses, entonces ingresó
en la CIA donde trabajó más de 9 años. Cuando estaba a punto de conseguir un
puesto importante en un país sudamericano decidió abandonar. Ahora trabaja como
detective privado (huelebraguetas) en un despacho de 30 metros en las Ramblas.
Investiga todo tipo de delitos, desde infidelidades conyugales a asesinatos o
desapariciones. Alto, moreno, viste ropas de sastre o trajes de rebajas que
lleva de un modo desaliñado. Vive en Vallvidrera (Barcelona), en una pequeña
villa alquilada. Tiene la extraña y conocida afición de quemar sus libros
queridos en la chimenea. Dice en "Asesinato en el comité central" que
su etapa de comprador de libros terminó a principios de los 70 cuando se
sorprendió a sí mismo esclavo de una cultura que le había separado de la vida. Mantiene
durante 20 años una relación intermitente y no exclusiva con Charo, prostituta,
que acabará retirándose del oficio y abandonándole para trabajar como
recepcionista en un hotel de Andorra. Otros personajes habituales en sus
novelas son:
-
Biscuter, su ayudante y cocinero, con el que compartió unos meses de cárcel.
-
Bromuro, limpiabotas y autor de una importante teoría de la conspiración sobre
el atontamiento de la población merced al vertido de bromuro en las aguas
públicas.
-
Su vecino Fuster, embajador de Villores y compañero de comidas a horas
intempestivas.
Escéptico,
piensa que todo el mundo tiene la ideología que necesita para justificar su
propia vida. Se declara políticamente neutral. No cree en el sistema pero lo
sirve ayudando a eliminar de él a los que delinquen. Desecha la lógica y el
análisis sobre el mundo actual, limita sus emociones a la piel. En Carvalho
encontramos la máxima expresión del detective gourmet, le acompañamos al
mercado de la Boquería o a pequeñas tiendas para elegir los mejores
ingredientes y le vemos cocinar desde simples canapés de salmón hasta
magníficos arroces o fideos a la cazuela. Todo ello acompañado por los vinos
más adecuados para cada plato y situación. También disfruta de los
restaurantes, desde los más populares, a los más exquisitos. Recorre la
geografía española y mundial descubriéndonos también las gastronomías de otros
países. La gente que no sabe comer le produce una inmensa tristeza. Con
Carvalho recorremos Barcelona y sus alrededores. Unas Ramblas donde todavía
pían los periquitos, los barrios altos, el Borne... No le gusta la Barcelona
post-olímpica: "Es como si sobre ella hubieran pasado aviones fumigadores
que han matado todas las bacterias que le permitían sobrevivir". En sus
numerosas novelas también viajamos a Madrid, Amsterdam, Las Vegas, Buenos
Aires...
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