Pasó la mayor parte de su vida en centros psiquiátricos
desde donde se dedicó a escribir poesía en los momentos en los que la
enfermedad le permitía cierta lucidez
Leopoldo
Panero, en la Residencia de Estudiantes de Madrid
Luis Magán
El caballo de hierro
cruza ahora sin miedo
desiertos abrasados de
silencio.
Deseo de ser piel
roja.
Sitting Bull ha muerto
y no hay tambores
para hacerlo volver
desde el reino de las sombras.
Deseo de ser piel roja.
(fragmento de Deseo de ser piel roja)
Leopoldo María Panero, poeta, narrador, ensayista y
actor, exponente de la poesía
transgresora, ha fallecido hoy en Las Palmas de Gran Canaria, a los 65 años. El
poeta, que murió en el hospital Juan Carlos I, en el área de salud mental, es
autor de títulos como Teoría y Así se fundó Carnaby Street. "Era un genio
de la poesía española", en palabras del editor Chus Visor.
"Ante todo era poeta. Vomitaba poesía. Era como su
alimento natural, y eso hacía que no le prestara mucha importancia al lector,
él escribía porque le nacía", afirma Antonio Huerga. Un autor, añade el
editor, que no presumía de sus escritos, "era un sencillo creador de
poesía que tampoco se tomaba muy en serio. Aunque si algún lector le preguntaba
qué libro suyo recomendaba, a veces, decía, entre enfadado y entusiasta:
Teoría".
Nacido en Madrid, el 16 de junio de 1948, e hijo del gran
poeta astorgano Leopoldo Panero, una de las mejores voces líricas de posguerra,
y la escritora y actriz Felicidad Blanc, era hermano del también poeta Juan
Luis Panero y de Michi Panero. Escritor desde su infancia, parte de la vida de
Leopoldo María Panero ha transcurrido en distintos hospitales psiquiátricos de
la Península y Canarias. Además, perteneció al grupo de los Nueve Novísimos
creado por Josep María Castellet.
Para Félix de Azúa, incluido en aquella ya mítica antología
de Nueve novísimos poetas españoles, "fue el más abismal de su generación.
Cumple con todos los requisitos del poeta tal y como lo definió el romanticismo,
que es el último momento reconocible de la poesía como actividad social
significativa. Durante años ha estado recluido en un manicomio, lo que le ha
evitado el patetismo del viejo poeta arruinado física e intelectualmente,
manejado como un títere por políticos lectores del Marca. Su obra primera creo
que será de las pocas cosas realmente poéticas del siglo XX español que duren
algo más de diez años".
El editor Jorge Herralde considera que del poeta Leopoldo
María Panero quedará "el recuerdo del fulgor" por sus poemas con
"imágenes imprevistas". Junto a Ana María Moix y Pere Gimferrer fue
el tercer "Novísimo" en "brillar de forma
espectacular". Sus conferencias
eran "como fogonazos, fuera de todo
corsé, muy auténticas", puntualiza.
La vida de este poeta madrileño y su familia siempre ha
suscitado interés en el ámbito cultural y un reflejo de ello es la
película El desencanto (1976), Jaime
Chavarri, un exitoso documental que muestra descarnadamente cómo era la familia
Panero en el final del franquismo. Marcada hasta la obsesión por la figura
paterna, el poeta Leopoldo Panero. La película, en blanco y negro, tiene como
actores a los cuatro miembros de la familia Panero (Felicidad, viuda del poeta,
y sus hijos Juan Luis, Leopoldo y Michi)
Sobre la locura y su existencia, Panero dijo -en una
entrevista a Javier Rodríguez Marcos para Babelia en 2001, en el psiquiátrico-
lo siguiente: "La locura existe, no así su curación. Al contrario de lo
que se piensa, lo malo es el consciente, no el inconsciente. Como decía
Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad la que lo vuelve
monstruoso".
Fue un escritor crítico con la sociedad y con España, y su
evolución en el siglo XX y XXI. Sobre la democracia en el país aseguró:
"Es una tragedia de una horrorosa sordidez en la que al proletariado, tras
40 años sin ideología, no le queda más que la picaresca. Eso es España. Éste es
un país de sudorosos obsesionados con el fútbol y con los toros por culpa de la
represión sexual. Son tan machos...".
Sus reflexiones y análisis iban más allá de España y la
literatura y miraban al mundo. Muchas de las ideas de este poeta y
"loco" eran más cuerdas y sensatas que las de cualquiera: "Hay
que replantearse la revolución. Hay que incluir a las mujeres y a los
homosexuales. Más que cambiar el mundo, como decía Marx, hay que cambiar la
vida, como decía Rimbaud. Hay que ir a una micropolítica de situación. Esto lo
sabían perfectamente Guy Debord y los situacionistas. Hay que cambiar la manera
de percibir el mundo".
Ha sido un comienzo de año triste para la literatura en
español, en especial para el grupo de los Novísimos. El viernes pasado falleció
la también poeta, narradora y editora Ana María Moix y el 9 de enero Castellet,
editor y artífice de los novísimos: Moix, Panero, Manuel Vázquez Montalbán,
Antonio Martínez Sarrión, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix,
Guillermo Carnero y José María Álvarez.
cruzas tu vida con la del esperpento
has de saber que no fue por matar al pelícano
sino por nada por lo que yazgo aquí entre otros sepulcros
y que a nada sino al azar y a ninguna voluntad sagrada
de demonio o de dios debo mi ruina.
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